Capitulo 19

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Izuku veía sorprendido el lugar donde antes estaba el libro, no podía creer lo que había sucedido, era algo brutal, asqueroso, simplemente le causaba rabia a su pequeño y puro corazón, debía hacer algo pronto y si eso significaba sacrificarse, lo ...

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Izuku veía sorprendido el lugar donde antes estaba el libro, no podía creer lo que había sucedido, era algo brutal, asqueroso, simplemente le causaba rabia a su pequeño y puro corazón, debía hacer algo pronto y si eso significaba sacrificarse, lo haría sin más, era su deber como principe heredero, debía cuidar a los suyos sin importar que.

Limpiando sus lágrimas con molestia se levantó del suelo, debía hayar una salida lo más pronto posible antes de que Toshinori hiciera algo.

Mientras tanto, el rubio mayor caminaba entre los árboles y hiervas que eran apenas iluminados por la luz de la luna, se veía hermoso, era un paisaje digno de admirar, pero él no estaba ahí por eso, él buscaba algo mucho más valioso, su pequeño hijo, debía tenerlo pronto, así el poder prometido al fin sería completamente suyo, se paró un momento viendo un campo lleno de tulipanes, los favoritos de Inko.

Con nostalgia tomo uno, extrañaba demasiado a su querida esposa, sabía que la misma había fallecido a manos del heredero del reino Shigaraki, pero de alguna forma sabía que se lo merecía por alejarlo de su hijo, pero eso no implica que no la extrañe, al final del día la amo con locura, un vil locura que ahora deseaba vengar.

Caminando por el desolado lugar a lo lejos vio a alguien corriendo, dejando el tulipán de lado se acercó al mismo.

— Joven Togata — el rubio volteo de inmediato al ver a su líder — ¿Dónde está Izuku? — el de ojos violetas no supo que decir, nervioso rio levemente mientras se llevaba una mano a su nuca.

— Oh... E-e-l joven Izuku... É-él... Escapo — el rubio mayor abrió sus ojos con sorpresa — ¡Pe-pero lo voy a encontrar! No pido haber ido muy lejos... Espero — el rubio mayor con enojo le vio, pero solo se adelantó para empezar ahora una verdadera búsqueda.

— Apresúrate... Todos esperan en la plaza central para su unión — sin más los dos se fueron.

Bakugo corría con el castaño detrás, debía encontrar a Deku lo más rápido posible, no iba a permitir que se lo arrebataran, era lo único que le quedaba ahora.

— ¿Sabes dónde podría estar? — el castaño se puso a pensar.

— Por lo que contaste sobre Togata... Seguro lo llevo al río principal.

— ¿Rio?

— Si... Ven — el cenizo siguió al castaño, corrieron un poco más hasta que vieron el cuerpo de agua, por el lugar Bakugo comenzó a gritar el nombre del pecoso, pero no hubo respuesta, el castaño se sentó en el suelo cansado, suspiro, solo quería ver cómo es que su hija se encontraba.

Bakugo estaba frustrado, no había rastro de Izuku por ningún sitio.

— Puta mierda... Oye, vamos por ahí, hay que encontrarlo — comenzaron a caminar, Bakugo ya estaba cansado, fueron demasiadas cosas en una sola noche.

Así que algo cansado se acomodo en un arbusto, pero no espero que un rama se moviera y lo tirara al suelo, pero, una hermosa luz los inundo, vieron dentro, estaban por entrar cuando aquella hermosa voz lo hizo parar en seco.

𝕰𝖑 𝕹𝖎𝖓̃𝖔 𝕯𝖊𝖑 𝕾𝖚𝖑𝖙𝖆𝖓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora