Capítulo Nueve

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-Tú has soportado a ese cerdo veinte años. ¿Cómo es que no lo envenenaste? ¿Cómo es que no le inculcaste algunos principios morales con la ayuda de un látigo y una silla?- dijo Fluke antes de darle un trago a su copa de champán.

Vivien lo miró corroída por la culpa.

-Nunca pensé que Ohm se fuera a comportar así- dijo por vigésima vez-. Se ha salido de madre. Damon siempre fue el revoltoso.

-Mientras Ohm estaba seguro con sus números y esa estirada de Elise.

Vivien se rió.

-¡Imagínate! ¡Has tenido el valor de echarla de tu casa!

-Ella tuvo sus cinco minutos de gloria al principio y, chica, los disfrutó- dijo Fluke volviendo a beber.

Tendría gracia que Ohm lo hiciera darse a la bebida.

-Nicky no es tu hijo- dijo Vivien de repente-. Ni de Ohm tampoco, ¿verdad?

Fluke la miró y se quedó helado.

-Andy me lo dio a entender sin querer. Es un pequeño accidente de Damon, ¿no?

-No puedo hablar de esto contigo, Vivien- susurró Fluke horrorizado.

-Mira, ya lo sé. Quise creer tanto que mis sospechas estaban equivocadas, pero Ohm... No tenía sentido.
Pero, si tú no eres el padre de ese niño, ¿quién lo es?

-Mi hermano... Ha muerto.

Luego Fluke no lo pudo evitar y se lo contó todo con pelos y señales. Cuando terminó, Vivien le dijo:
-El matrimonio de Damon y mi hija pasó por tiempos difíciles el año pasado. Gracias por no tratarme como si fuera idiota. Más tarde o más temprano Andy me lo contará todo y así estaré preparada. No te preocupes, no le voy a decir a nadie que ya lo sé. Ahora, vamos a hablar de alguna otra cosa.

-¿Cómo voy a hacer para conseguir divorciarme y poder conservar a Nicky?

-No estarás pensando en divorciarte, ¿verdad?

-Y ¿en qué otra cosa voy a pensar?

-Estrategia- le dijo su suegra entusiasmada.

-No tengo el menor deseo de luchar por Ohm. Este ha sido un matrimonio de pura conveniencia que ha ido mal desde el principio, no un romance que haya terminado mal.

-Vamos a tomarnos una cepa a un club nocturno y relájate- dijo Vivien un poco de repente mientras miraba su reloj.

-A bailar hasta el amanecer- añadió Fluke.

- Si eso quieres...

Fueron en una limusina con conductor y, durante todo el camino Vivien lo fue adoctrinando sobre la forma en que debía mantener su matrimonio. ¿Qué matrimonio?

Cuando llegaron al club, Vivien le dijo: -Retócate los labios y haz como si estuvieras muy contento.

En el club había mucho ruido y estaba lleno de gente. Cuando se sentaron en una mesa, Fluke se percató de un hombrecillo que lo miraba de reojo desde otra mesa. En el momento en que él lo vio mirarlo, se volvió a toda prisa.

-¿Quieres beber algo?- le preguntó Vivien. Entonces apareció una botella de champán como por arte de magia. Vivien pagó y le ofreció una copa a Fluke, que se la bebió de un trago, aunque sabía que podía terminar muy borracho y que él no debía hacer eso nunca.

-Fluke-  le dijo Vivien sacándolo de sus pensamientos dándole un tirón del brazo-. Este es Stefan.

-¿Qué?

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