Capítulo Cinco

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Un castillo en el Loira... ¿Qué menos se podía pedir de un Thitiwat?

Se preguntó Fluke mientras la limusina recorría el camino bordeado de árboles del enorme y cuidado jardín.

-¿Desde cuándo vives aquí?- le preguntó a Ohm justo cuando el maravilloso castillo apareció ante su vista-. ¡Cielos! ¡Es enorme!

-Este era el hogar de la familia de mi madre.

-¿Era francesa? ¿Cuándo murió?- le preguntó Fluke, sintiéndose súbitamente ansioso de información.

-Cuando yo era un niño- le contestó Ohm con un tono de voz que le indicó que se estaba metiendo en terreno prohibido.

Fluke contuvo su juvenil excitación. Pero es que nunca antes había salido del país y le resultaba difícil adaptarse, sobre todo cuando tenía delante ese fabuloso castillo que parecía sacado de un cuento de hadas.
De repente, Ohm se inclinó hacia adelante y miró incrédulo a la delgada figura que salió de la entrada principal del castillo y se dirigió al coche cuando este se detuvo. Masculló una imprecación en griego y luego soltó un gruñido en voz alta. A Fluke le pareció hasta indefenso, eso si, por un momento.

-Si te atreves a dejar entrever que Nicky no es nuestro hijo te mataré con mis propias manos- susurró Ohm.

Y, por la forma en que lo miró, Fluke se lo creyó.

-Pero ¿quién es...?

No pudo continuar. El chofer les abrió la puerta y la pequeña mujer rubia que los esperaba lo abrazó entusiásticamente.

-Soy tu suegra- le dijo.

-Fluke, esta es Vivien, mi madrastra.

-Siempre tan preciso, cuando todo el mundo te puede decir que he amado a este chico desde hace más de veinte años.

-Eres inglesa- fue lo único que Fluke logró decir.

-Ohm, ya sé que me he excedido un poco apareciendo así justo antes de tu noche de bodas, pero es que no podía esperar a conocer a Fluke, quien sé que te va a hacer muy feliz. Y ¿cómo iba a poder decir esto antes de conocerlo? Me ha devuelto el abrazo. Una completa desconocida ha corrido a abrazarlo y él me lo ha devuelto porque no quería herir mis sentimientos.

-Vivien...

-¿No me vas a abrazar tú?

Ohm se inclinó y le dio un beso en la mejilla.

-Ya veo que te sigue tomando por público, Fluke. Normalmente él es un poco más entusiasta. Bueno, ¿dónde está?

-¿Quién?- le preguntó Ohm.

-Ohm, ¿qué te pasa? Tu hijo. ¡Me estoy muriendo de ganas de verlo!

El otro coche se detuvo entonces y de él surgió la niñera con Nicky. Vivien se acercó a él y Ohm le dijo a Fluke:
-Vamos a la casa. Te enseñaré tu habitación.

Luego lo tomó del brazo y tiró de él. Era evidente que quería apartarlo cuanto antes de su encantadora madrastra.

Pero Vivien se lo impidió.

-La niñera dice que está dormido y no se le debe despertar- dijo sonriendo-. Es un poco dominante esa mujer, ¿no? ¿La has elegido tú, Ohm?

-Sí, así es... - le confirmó Fluke.

-Tu hijo es precioso, Fluke. Eres un buen chico. Es sorprendente lo rápidamente que has vuelto a adelgazar. Viéndote nadie diría que acabas de ser padre. ¿Te pusiste a dieta?

Fluke se ruborizó bastante.

-No.

-Me llevaré a Nikos a su cuarto, señor- dijo la niñera mientras pasaba a su lado.

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