escribiendo

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Como pararse al borde de la existencia
y observar el mundo enmudecer.

Como posarse en revés de la frágil piel
y resignificar el silencio cálido y cómodo,
como un infierno.

Como caer hasta olvidar la piel y el mundo,
como arrojarse al vacío,
huyendo del día,
enmudeciendo el sol
la claridad y sus lamentos.
Huir a la nada,
a la eternidad de la madrugada,
donde es lo que no será nunca.

Como fragmentarse
hasta ser
en la ambigüedad de las letras
bestiario bien explicado,
selva inhóspita y brotada de vida,
paraíso lunar.

He ofrecido mi cuerpo de tinieblas y espesores
a la palabra pura...

Los fantasmas que habitan las horasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora