Capítulo 5.-

0 0 0
                                    


Después de lo que pasó no he vuelvo a ver a Edgar, en realidad a ninguno de aquella familia, pues aquel día mamá nos había encontrado y cuando se dió cuenta de lo que había pasado fue a contarles todo a los papás de él, me sentí mal por que justo ese día escuche muchos gritos y algunos golpes, solo esperaba que el estuviera bien.

Hoy luego de la universidad me dedique a sembrar unas lindas flores que compré, lo estaba haciendo hasta que veo a Edgar salir de su casa, desde acá puedo notar el terrible moretón  que descansa en su pómulo, hago una pequeña mueca y me levanto sacudiendo la tierra de mi mandil y quitándome los guantes para ir hacia él.

-No tienes edad para fumar. -digo quitándole suavemente el cigarro de las manos y el ni siquiera muestra resistencia. -Siento lo que pasó, si hubiera sabido que te harían eso no hubiera permitido que mamá valla a tú casa, pero, tampoco está bien forzar a una chica.

El no dice nada, no me mira, no nada, tiene la mirada perdida, me recuerda a la mirada de mamá cuando está deprimida, es decir, siempre, por lo que me pongo frente a él y me agachó tomando su rostro entre mis manos.

-Siempre te golpean así? -pregunto preocupada a lo que el asiente. -¿Duele mucho?

-Un poco... -dice mirándome.-

-Vamos, te curare en casa.

Sin esperar respuesta me levantó y lo tomo de la mano llevandolo a mi casa, al estar ahí, lo llevo al baño y empiezo a curar sus heridas mientras el ni siquiera hace un mínimo ruido solo...me mira.

-Listo.

Digo cuando ya le pongo la curita y el solo me brinda una ligera sonrisa antes de tomar mis mejillas con delicadeza acercándome para besarme, fue una pequeño pues aún que intento más lo aparte de inmediato, es un niño, intente reflexionar.

-Fue de agradecimiento...

Susurra sonriendo mientras acaricia mi labio inferior con delicadeza, me quedo quieta ante esta acción, se sentía tan agradable, sin darme cuenta solo asentí y estuvo a punto de darme otro beso hasta que la puerta del baño se abre, es mamá.

-Niño, tú mamá te llama, ve, tengo que hablar con mi hija.

El la mira no de muy buena manera sin embargo ella tiene su mirada fija en mi, yo me levanto con cuidado y cuando Edgar al fin se va mi madre me toma fuerte del brazo.

-Que tienes en la cabeza? Acaso estás loca o ese chico ya te compartió la locura, acaso no recuerdas lo que pasó hace unos días, está mal, recuerda que es un niño aún, Aurora. -dijo molesta y casi gritando. -

-Mamá basta, se cuidarme sola. -dije soltandome. -

-Cuidarte sola? Por favor.. -dijo mofandose.-

-Si mamá, por qué si antes eras negligente, ahora lo eres más, siempre he cuido de tí y de mi, en esta casa yo soy la mamá o eso parece, siempre cocino, veo que comas, veo por la casa, pago las cuentas así que ahora no puedes jugar a ser mamá -dije molesta aún que me arrepentí de inmediato. -lo siento, no quise decir eso, entiendo tu preocupación, solo que déjame tomar decisiones... por favor?

Pido y puedo notar decepción en su mirada, mientras abre su boca, pensé que iba a hablar, pero, no lo hizo.

-Haz lo que quieras, pero, no me involucres. -dice y se va, claramente molesta.-

𝐀𝐮𝐫𝐨𝐫𝐚- 𝙰𝚝𝚛𝚊𝚙𝚊𝚍𝚊 𝙿𝚘𝚛 𝙻𝚘 𝙳𝚎𝚜𝚌𝚘𝚗𝚘𝚌𝚒𝚍𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora