Prólogo:

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"Ahora estaba aquí, desvelando los enigmas del pueblo que de pequeña no pude resolver: incontables secretos de familia, un historial extenso de generaciones respetadas, matrimonios arreglados, y una inquebrantable tradición. Sólo quería respirar: purificar mi mente de tanta mierda"...

— Dime que no estuviste implicado en todo esto — tu cuerpo se estremeció.

"Deseando una salida"...

— Por favor ... — te vi retroceder hasta dar con el alféizar.

"Un poco de paz a mi alma, por mínima que sea"...

— Dime. ¿Estás implicado? — insistí, y por dentro imploraba una negativa.

"Sutil arrullo capaz de callar mis más desgarradores lamentos"...

— No me preguntes eso, te lo pido... — no tenías el valor para mirarme a la cara. ¿Por qué?...

"Porque con mentiras tropecé, raspando mis rodillas. Y la boca que las soltó, fue la misma que besó mis heridas"...

— ¡¿Estás implicado?! — el temblor de tus manos era una señal, ¿Por qué no lo entendí al verlas temblar?...

"Rogué un perdón que no me sería concedido por haberme enredado en tu lengua"...

— No puedo mentirte, joder. ¡Lo sabes! — mírame, por favor.

"Me hundí en un abismo que ya me conocía, y que te conocía más que yo"...

— ¡Dímelo! — te lo ruego...

"Aguardando por la calidez de la luz que trae consigo el cielo crepuscular"...

Tu voz fue un susurro débil, llevado por el viento demasiado tarde. Una vez más, me dejé engañar por los tesoros que el Diablo me ofreció.

"Esperando un rayo de sol aparecer en las tinieblas que me ahogaban"...

— Maldita sea, me mentiste... — .

"Te mostré mi piel de cordero, sin notar el pelaje gris que asomaba en la blancura y pureza de tu lana"...

— Te lo dije aquella noche: prometí jugar todas mis cartas para velar por ti, y lo haré incluso si eso significa forzarte a una vida de infelicidad conmigo — .

"Caí más profundo que cualquiera: consuelo revocado y condenada al fuego ardiente avivado por mis pecados"...

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AnsiedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora