𝒞𝒶𝓅 𝒳. 𝒥𝓊𝒹𝑒

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Desperté sobresaltada para darme cuenta que el príncipe Dain ya no se encontraba en mi cuarto, luego noté que el anillo que Cardan me había regalado se encontraba en el suelo al lado mío y en su lugar tenia otro anillo precioso con una gema de un ...

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Desperté sobresaltada para darme cuenta que el príncipe Dain ya no se encontraba en mi cuarto, luego noté que el anillo que Cardan me había regalado se encontraba en el suelo al lado mío y en su lugar tenia otro anillo precioso con una gema de un dorado brillante y suspire antes de quitarmelo y volver a colocar el anillo que me regalo Cardan.

También pude darme cuenta que Cardan no estaba en mi casa por lo cual negué suavemente.

Me levanté del suelo mientras caminaba a mi armario, sacando un camisón blanco que tenía muchas flores hechas de telas preciosas en el cuello y unos zapatos que simulaban estar hechos de hojas.

Me desvestí rápidamente y me coloqué frente al espejo, observé todo en mi y negué con disgusto, toque mi cabello blanco y aunque intente que fuera verde no lo logré por lo cual me hice una trenza y me coloqué de manera rápida el camisón y los zapatos.

Me acerque a la ventana y pude observar la fortaleza de Madoc mientras una idea estúpida cruzó en mi cabeza: Iría a ver a Jude.

Camine bajando las escaleras y pude a ver a mis abuelos en la cocina mientras me observaban con preocupación.

— ¿Estás bien, cielo mío? —dijo mi abuela mientras intentaba acercarse a mi.

— Si, supongo. —mentí y suspiré de manera suave— Por favor, les pido que no le cuenten a Cardan sobre el príncipe Dain, no quiero inconvenientes.

— Tu padre nos contó que el príncipe mayor quiere que te cases con él.

— Si, pero no lo haré.

— Eira, es un gran partido, deberías pensarlo. —Insistió mi abuelo.

— No lo es.

— ¿Por qué?

— Porque sus ojos suplican la presencia de otra mujer.

— Eira...

— Yo no soy Aradia, Lug. —su mirada herida hizo que mi pecho vibrará y de repente sentí ganas de llorar.

— Soy tu abuelo, Eira.

— Pero eso no te da derecho a pensar que me puedes hacer cambiar de opinión, imagino que mi padre les dijo que me casaré con Cardan.

— En sus ojos se nota que no te adora como tú lo haces.

— Ustedes no saben nada.

Y dicho eso salí de mi casa caminando de la manera más elegante que pude hacía la fortaleza de Madoc e intenté poner mi mejor sonrisa mientras tocaba la puerta.

KINGDOM; Cardan GreenbriarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora