Capítulo 1

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Decisiones desesperadas

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La noche anterior había sido un completo desastre, no había logrado tomar muchas solicitudes en la aplicación, por ende, el pago del día de hoy había sido realmente miserable.

Sin embargo pudo comprar algo de comida y eso era más que suficiente para él, tenía un techo y una cama donde dormir y un pedazo de pizza el cual comer.

El día recién comenzaba y aunque trataba de mantenerse optimista, sabía que las cosas no estaban yendo bien para él, opuesto que su auto había comenzado a tener algunas fallas pequeñas, las personas al parecer en esta época del año no utilizaban mucho las aplicaciones para movilizarse y el dinero se volvía cada vez más escaso.

El sonido de varios golpes en las afueras de su casa llamo por completo su atención, poniéndose de pie de su sillón viejo, camino hasta llegar a la ventana y observó que sucedía. Una grúa se encontraba frente a su auto viejo, un hombre anciano se encontraba enganchando su auto, dispuesto a llevárselo.

Edgardo inmediatamente salió de su casa, importandole poco que se encontraba únicamente con su pantalón de pijama.

- ¡Ey!. - Grito Edgardo llamando la atención del anciano. - ¿Que hace?, ¿Por qué se lleva mi auto?.

El anciano no respondió, simplemente oprimió el botón que comenzaba a levantar el antiguo Mustang de Edgardo, retrocedió hasta la parte delantera de su camioneta y saco una hoja la cual le entrego a Edgardo.

- ¿Que es esto?. - Preguntó Edgardo sin siquiera mirar el papel.

- Es una notificación de embargo. - Respondió finalmente el anciano, mirándolo con cierta decepción en su mirada. - Hasta que no pagues los impuestos que deben no te devolverán el auto y si decides no pagar, lo siguiente que embargaran será tu casa.

- ¿Que?. - Edgardo se sentía confundido, no lograba procesar bien la información que aquel hombre acababa de brindarle, no sabía si era a causa de que acababa de levantarse de la cama y aun se encontraba algo afectado por el sueño o que su cerebro se había vuelto estúpido para entender. - No pueden, este es mi medio de trabajo.

- Eso no le interesa al gobierno, muchacho. Te recomiendo que busques otro trabajo a menos de que quieras perder tu casa también. - Finalmente el anciano se despidió de Edgardo y subió a su camioneta para finalmente marcharse, dejando a Edgardo completamente confundido y jodido.

 - Finalmente el anciano se despidió de Edgardo y subió a su camioneta para finalmente marcharse, dejando a Edgardo completamente confundido y jodido

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- Estoy completamente jódido. - Edgardo miró a su mejor amiga, Gina. - Era mi único medio de trabajo y el gobierno decide quitármelo.

- Encontraremos algo. - Gina acarició suavemente la espalda de Edgardo suavemente reconfortandoló. - Podemos mirar trabajos por Internet.

- Por supuesto. - Julian, el novio de Gina se sentó a un lado de Edgardo. - Ed, ya era hora de salir de esas aplicaciones. - Sonrió. - Mira el lado bueno a esta situación, la vida te esta obligando a dar un nuevo paso y salir de tu zona de confort.

- No es ninguna zona de confort Julian. - Lo observó Edgardo. - Ya se acerca el verano, es la temporada en la que más suelo recaudar dinero y ahora sin auto, estoy jodido.

- Si quieres podemos prestarte nuestra Van. - Ofreció Gina.

- ¿Crees que me darían una buena calificación si llego en una Van?. - Edgardo levanto una de sus cejas observando a Gina. - Creerán que los secuestraré, además, ¿Que diré sobre el olor a pescado y todas las herramientas de la parte trasera?.

- Es un no, ya entendí. - Respondió riendo Gina. - Busquemos algo en Internet entonces. - Sacó su teléfono.

- Dudo mucho que encuentres algo decente. - Interrumpió Julian. - Sin ofender. - Observó a Edgardo.

- Lo se. - Respondió él.

- Este se ve bien. - Gina interrumpió. - Repartidor de periódicos.

- No.

- El pago es de mil dólares por día.

- No, no lo haré.

Gina continuó indagando por Internet. Mientras Edgardo y Julian continuaba hablando sobre cosas de hombres.

- Este suena interesante. - Gina acercó el teléfono a Edgardo. - Se solicita hombre entre veinte y veinticinco años para ser novio de una joven y adorable chica.

- ¿Novio?, ¿De una chica?. - Julian se mofó. - ¿Que acaso no es capaz de conseguirlo sola?.

- Cállate. - Le reprendió Gina. - El pago es lo más importante, un auto Bentley Continental de seis mil kilómetros.

- ¿Un Bentley?. - Repitió Julian con asombro.

- Un Bentley. - Confirmó Gina.

- Vaya, si parecen estar necesitados para dar ese coche.

- ¿Que te parece?. - Pregunto Gina observando a Ed.

- No creo que sea real. - Respondió levantando sus hombros. - Debe ser una broma.

- Por supuesto que es una broma. - Confirmó Julian.

- Nada pierdes con intentar. - Le animo Gina. - Puede ser real, algunos padres se encargan de buscarle novio a sus hijas.

- Rellenemos la solicitud, ¿Que podría perder?.

- ¿Por qué no abres un only fans?. - Recomendó Julian.

- ¿Y perder la oportunidad de ganarme un Bentley? Ni que estuviera loco.

- Esto es básicamente como prostituirte. - Recordó Julian. - Vas a fingir ser novio de una completa extraña y los novios tienen mucho sexo.

- Edgardo rio ante el comentario de Julian. - No me molesta en lo absoluto, una vez tuve sexo con una desconocida en una fiesta en el club del pueblo.

- Dios, eres asqueroso. - Gina le golpeó el hombro.

- Edgardo sonrió. - Pero me cuide, te lo juro. - Bromeó de nuevo. - Chicos realmente haría cualquier cosa para no perder la casa de mi madre.

- Bien, eso me parece perfecto. - Gina sonrió. - Porque mañana debes ir a la zona de los riquillos para conocer a tu novia, Alice Alcázar.

Ángeles Como Tú | LyannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora