Capítulo 3

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¿Una nueva mascota?

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¿Una nueva mascota?

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Como Edgardo lo había prometido, al día siguiente se dirigió al albergue que los padres de Alice le habían indicado. Durante horas dudo sobre que tipo de vestimenta utilizar para ir a conocerla, finalmente optó por un look bastante relajado y ligero para el caluroso día.

Edgardo camino hasta la puerta de aquel establecimiento, fue recibido por un joven adolescente en el mostrador, al pobre se le notaban los nervios de estar allí puesto que en cuanto vio a Edgardo ni siquiera fue capaz de saludarlo, simplemente centro su mirada en el pc e ignoro por completo su presencia.

Que buena atención.

- Hola. - Una voz dulce y femenina se escucho detrás de él,  haciéndolo girar sobre si mismo para encontrarse con una joven chica. - ¿En que puedo ayudarte?.

Edgardo sonrió al verla, era realmente dulce, su cabello oscuro caía sobre sus hombros, sus labios, a pesar de no estar pintados con un labial tenían un tono rosa bastante sutil, sus ojos color marrón eran intensos y su vestimenta era bastante juvenil, haciéndola lucir realmente preciosa.

- Me gustaría adoptar. - Respondió Edgardo con una sonrisa.

- ¡Que bien!. - La emoción en su voz se hizo presente, haciendo que Edgardo se derritiera de ternura por ella. - Te mostraré los peluditos qué están disponibles para adoptar. - Comenzó a caminar invitándolo a seguirla. - Por cierto, soy Alice.

- Edgardo. - Respondió. - Pero mis amigos me llaman Ed. - Alice sonrió ante su comentario.

Juntos caminaron hasta llegar a una zona llena de jaulas, en donde se encontraban varios perros, algunos grandes, otros pequeños, viejitos y chicos.

- Tenemos varias opciones. - Habló finalmente Alice una vez se detuvo, observó a Edgardo con una sonrisa. - ¿Que tipo de perrito te interesa?.

- ¿Cual me recomiendas?.

No sabía que responder, Edgardo había ido a aquel lugar con la finalidad de invitarla a salir, realmente no deseaba adoptar ningún perro, jamás habían sido de su agradó.

- Este nos acaba de llegar. - Camino hasta llegar a una de las jaulas del fondo. - Él es Ollie. - Con mucho cuidado lo sacó de la jaula. - Es un Border Collie, unas personas lo trajeron aquí luego de que lo dejaran abandonado en medio de una calle. - Contó, mientras acariciaba con cariño al animal.

Edgardo no dijo nada, toda su atención se mantenía sobre la joven, en lo que decía, como se expresaba, olvidando todo, incluso el momento en que comenzó a mirar sus labios.

- ¿Te gusta este o quieres ver otras opciones?. - Preguntó Alice llamando su atención.

- Si, este me gusta. - Respondió Edgardo con una sonrisa, la cual Alice también correspondió.

- Bien, tendremos que hacer el papeleo. - Alice nuevamente introdujo al animal dentro de su jaula, para nuevamente comenzar a caminar, esta vez en la dirección contraria, Edgardo no dudo en seguirla.

Ambos ingresaron a una pequeña habitación, la cual parecía ser una oficina. Habían varias decoraciones, un escritorio con un equipo portátil encima y dos sillas, una frente a la otra separadas por el escritorio.

Alice camino hasta llegar a la silla que se encontraba frente al equipo portátil y con una seña le pidió a Edgardo sentarse frente a ella.

- Te pediré algunos datos. - Explicó. - Es rutina, así que no te preocupes.

- Bien. - Edgardo mantenía su mirada fija en ella, haciéndola sentir nerviosa.

- ¿Como es tu nombre completo?.

- Edgardo Rafael Cuevas Feliciano.

Alice dígito en el equipo y finalmente volvió a mirarlo.

- ¿Cuantos años tienes?.

- 29.

Alice nuevamente aparto su vista de Edgardo y dígito la información que acababa de proporcionarle.

- ¿Estado civil?.

- ¿Acaso al perro le interesa si tengo novia?. - Edgardo sonrió, Alice levanto su rostro. - ¿O estas preguntándome indirectamente si tengo novia para ver si tienes oportunidad de salir conmigo?. - Bromeó.

El asombro se apoderó de las facciones del rostro de Alice, sus ojos se abrieron un poco al igual que sus labios.

- Yo...- Trastabillo. - Es...es una pregunta del...

- Soltero. - Edgardo río, al notar como las mejillas de Alice comenzaban a tomar un color rosa suave. Nuevamente ella volvió a digitar la información en el equipo.

- Alice aclaró su garganta. - ¿Porque deseas adoptar?.

- Me gustan los animales y vivo solo. - Explicó él.  - Me hace falta algo de compañía.

- Bien. - Nuevamente dígito, una vez termino volvió a mirar a Edgardo. - Debo enviarle la información a mi supervisor, el se encargará de dictaminar si eres un buen adoptante.

- Okey. - Edgardo sonrió, la miraba fijamente, mientras trataba de idear un plan sobre como invitarla a salir o por lo menos tener su número de teléfono para hacerlo luego.

Alice se puso de pié, Edgardo repitió sus movimientos.

- No suelo hacer esto, pero. - Edgardo aclaro su garganta. Ahora él era quien estaba nervioso. - ¿Te gustaría salir algún día a tomar un trago?.

Alice sonrió.

- No bebó.

- Podría ser un café entonces. - Insistió. - Perdona que este siendo tan insistente, es solo que... Me gustaría conocerte, eres hermosa.

Alice no pudo evitar sonrojarse, jamás la habían halagado de tal manera, jamás le habían dicho que era hermosa, mucho menos que deseaban salir a tomar con ella algo.

O quizás jamás lo había notado, durante diecinueve había tratado de ocultarse del mundo, no quería pasar por lo mismo que hace años atrás.

- Yo...

- Te daré mi número de teléfono. - Edgardo la interrumpió al notar como Alice comenzaba a ponerse nerviosa. - Podemos seguir hablando y quizás luego podamos salir a tomar algo, si te parece, iremos a donde tu quieras.

Alice asintió. - Esta bien. - sonrió.

Edgardo tomo uno de los sticky notes que se encontraban sobre el escritorio y el bolígrafo, anotó rápidamente su número en este para luego despegarlo del resto de notas. Dejando a un lado el lapicero volvió a mirar a Alice.

- Aquí tienes. - Extendió el sticky note con su número hasta Alice, ella lo recibió. - Esperó que no lo olvides por ahí. - Bromeó Edgardo.

- No. - Alice sonrió.

- Que tengas un lindo día Alice.

- Tu igual Edgardo.

- Dime Ed. - Pidió él. - Ahora somo amigos, ¿No?.

- Si. - Respondió nerviosa. - Que tengas un lindo día Ed.

- Tu igual Alice, estaré esperando tu mensaje.

Una vez Edgardo se despidió, Alice lo acompaño hasta la salida, un cuanto lo perdió de vista observó el sticky note con el número de aquel hombre e inevitablemente sonrió.

Ángeles Como Tú | LyannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora