Capítulo 3: La llegada a Hogwarts

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El aire alrededor de Harry vibró con una energía que lo hizo sentirse como si estuviera siendo arrancado de una realidad y lanzado a otra. La luz dorada que emanaba del reloj lo envolvió, y todo a su alrededor comenzó a girar más rápido, como un torbellino de tiempo que lo arrastraba hacia un pasado lejano. En cuestión de segundos, el mundo que conocía se desvaneció, y cuando la luz se disipó, Harry se encontró de pie en un lugar familiar, pero a la vez completamente diferente.

Frente a él, el castillo de Hogwarts se alzaba imponente contra el cielo gris. Pero algo en la atmósfera era distinto, como si la magia misma del lugar hubiera cambiado. **"Esto es real,"** pensó Harry, sintiendo una mezcla de asombro y nerviosismo. **"He viajado en el tiempo... Estoy en 1941, en la época de Tom Riddle."**

El uniforme de Gryffindor que llevaba había sido reemplazado por uno nuevo, algo más anticuado y sin las insignias que lo identificarían como estudiante de alguna de las casas. En su lugar, una insignia sencilla con las iniciales "J.E." estaba prendida en su pecho. **"James Evans,"** se recordó, ajustando la túnica para asegurarse de que todo estaba en orden. **"Esa es mi identidad aquí. Nadie debe saber quién soy en realidad."**

Con un último suspiro para calmar sus nervios, Harry comenzó a caminar hacia el castillo. Sus pasos resonaban en el pavimento de piedra, y aunque había estado en este lugar miles de veces, nunca había sentido tanta incertidumbre. **"Todo depende de esto,"** se dijo, apretando los puños. **"Tengo que ser cuidadoso, no puedo permitir que Riddle sospeche nada."**

Al acercarse a la gran puerta de entrada, Harry notó que los detalles del castillo eran ligeramente diferentes: las estatuas eran más nuevas, los escudos de las casas parecían más brillantes, y la atmósfera en general era más pesada, casi solemne. **"Este es un Hogwarts antes de la guerra, antes de que Voldemort comenzara su ascenso al poder,"** pensó mientras cruzaba el umbral y entraba al vestíbulo.

No pasó mucho tiempo antes de que un hombre alto y severo, con el rostro surcado de arrugas, se acercara a él. **"Debes ser James Evans,"** dijo el hombre, con un tono de voz que no dejaba lugar a equivocaciones.

**"Sí, señor,"** respondió Harry, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto. **"He sido transferido desde la Academia Beauxbatons."** Se esforzó por mantener su voz firme, sin dejar que los nervios se notaran.

El hombre asintió con un leve movimiento de cabeza. **"Soy el profesor Dippet, director de Hogwarts,"** se presentó, examinando a Harry con ojos agudos. **"Hemos recibido tu carta y estamos al tanto de tu... situación especial. Espero que te integres rápidamente al ritmo de la escuela."**

**"Gracias, profesor Dippet,"** dijo Harry, intentando no mostrar ninguna reacción al escuchar el nombre del director que precedió a Dumbledore. **"Haré todo lo posible por estar a la altura de las expectativas."**

Dippet asintió de nuevo, satisfecho con la respuesta. **"Excelente. Te asignaré a la casa de Gryffindor. Espero que te sientas cómodo allí."**

Harry sintió una mezcla de alivio y sorpresa. **"Gryffindor,"** pensó, recordando su hogar original. **"Eso facilitará las cosas... pero también significa que estaré más cerca de Riddle de lo que pensaba."** Sabía que Gryffindor era un lugar donde la valentía era valorada, pero también donde las tensiones podrían ser mayores, especialmente con la presencia de un estudiante como Tom Riddle.

**"Estoy seguro de que será el lugar adecuado para mí, profesor,"** dijo Harry, manteniendo la compostura.

Dippet lo miró un momento más antes de hacer un gesto para que lo siguiera. **"Te llevaré al Gran Comedor. El festín de bienvenida está a punto de comenzar, y tendrás la oportunidad de conocer a tus nuevos compañeros de casa."**

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