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El silencio nocturno envolvía los pasillos de Hogwarts mientras Harry, bajo su alias de James Evans, caminaba lentamente hacia la Sala de los Menesteres. Había pasado casi un año desde su llegada a esta época, y los cambios que había traído consigo ya comenzaban a hacerse evidentes. Bajo su influencia, Hogwarts estaba transformándose, alineándose cada vez más con su visión de un mundo mágico regido por la disciplina, la jerarquía, y un nuevo tipo de orden.Mientras caminaba, Harry reflexionaba sobre cómo la escuela, antes un lugar de aprendizaje y camaradería, estaba cambiando en algo más... estructurado, más controlado. **"Un mundo sin disciplina es un mundo en caos,"** pensó, recordando las innumerables veces en las que Hogwarts había estado al borde del desastre por la falta de firmeza en su dirección. **"Si queremos sobrevivir a lo que viene, debemos ser fuertes, unidos, y estar preparados para todo."**
Al llegar a la Sala de los Menesteres, encontró a varios de sus seguidores ya reunidos, incluyendo a Tom Riddle, Abraxas Malfoy y Thaddeus Nott. Todos estaban expectantes, sabiendo que cada reunión traía consigo nuevas directrices que moldearían no solo su futuro, sino el de toda la escuela.
—Gracias por venir —comenzó Harry, su voz firme pero tranquila—. Como saben, los cambios que hemos implementado hasta ahora son solo el principio. Nuestra tarea ahora es asegurar que estos cambios se enraícen profundamente en la cultura de Hogwarts.
Tom Riddle, siempre observador, no pudo evitar notar el tono de autoridad en la voz de Harry. **"James ya no es simplemente un líder,"** pensó Tom, con admiración —. "Está empezando a actuar como un verdadero gobernante."**
—¿Qué propone, mi señor? —preguntó Abraxas, siempre dispuesto a seguir las órdenes de su líder.
Harry hizo una pausa antes de responder, dejando que el peso de sus palabras se asentara en la mente de los presentes.
—Hogwarts ha sido históricamente una escuela donde los valores de igualdad y amistad han sido promovidos por sobre la disciplina y el orden —dijo Harry, su mirada recorriendo el rostro de cada uno de sus seguidores—. Eso ha hecho que la escuela sea vulnerable, tanto a las amenazas internas como externas. Eso es lo que debe cambiar.
Thaddeus Nott asintió, comprendiendo la dirección que James estaba tomando. La idea de un Hogwarts más ordenado y estructurado le resultaba atractiva.
—Entonces, ¿qué hacemos? —preguntó Nott, ansioso por poner en práctica cualquier nueva orden que James pudiera dar.
—Empezaremos por reforzar las normas —respondió Harry—. Las reglas de la escuela deben ser respetadas, no solo por los estudiantes, sino también por los profesores. La indisciplina no puede ser tolerada. Si queremos que Hogwarts sea un lugar de poder y respeto, necesitamos que todos comprendan la importancia de la obediencia.
Tom escuchaba atentamente, sus pensamientos girando en torno a cómo este enfoque podría ser utilizado a su favor. **"La disciplina es poder,"** pensó Tom, reconociendo la verdad en las palabras de Harry. **"Pero la disciplina también puede ser un arma. Si puede dominarla, puede dominar a los demás."**
—¿Y cómo sugieres que implementemos esto? —inquirió Tom, su tono sugiriendo interés.
Harry lo miró directamente, sabiendo que Tom estaba evaluando cada palabra que decía.
—Primero, estableceremos un consejo de estudiantes que se encargará de velar por el cumplimiento de las normas —explicó Harry—. Este consejo estará compuesto por aquellos que han demostrado ser leales a nuestra causa. Tendrán la autoridad para imponer sanciones a quienes violen las reglas, y serán los ojos y oídos de nuestra visión en Hogwarts.
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Tiempo Renovado
Ciencia FicciónHarry Potter encuentra un artefacto con el que podría ir atrás en el tiempo, Harry debe de tomar una decisión ¿Podra salvar a todos lo que ha perdido? ¿Cambiarán las cosas en el futuro para bien o para mal?....