Naruto -La luna del amanecer

Capítulo 10: De nuevo en camino

Tsunade necesitaba una bebida, o quizás diez.

Tenía sus reservas sobre el plan de Jiraiya cuando éste lo presentó inicialmente. Le parecía demasiado complejo para la tarea que tenía entre manos, pero aun así accedió a llevarlo a cabo. Jiraiya organizaría una reunión entre los jefes de los principales clanes de la aldea, su actual consejo asesor (que en ese momento estaba formado únicamente por ella) y el consejo asesor de su sensei, que incluía a Danzo.

En apariencia, la reunión no era más que una oportunidad para revisar la situación actual de la aldea de Konoha tras la invasión y la deserción de los Uchiha. En realidad, el objetivo era proporcionar a Shibi Aburame la oportunidad de colocar discretamente varios kikaichu sobre Danzo. La kikaichu hembra restante permanecería sobre el hombre el mayor tiempo posible, mientras que la que iba a ser retirada se familiarizaría con la firma de chakra de Danzo e informaría a la colmena. Esto se hacía en caso de que las hembras kikaichu que estaban sobre Danzo murieran y hubiera que rastrearlo por la vía más difícil, lo que, según Shibi, era probable que ocurriera muy poco después de que las hubieran colocado.

Afortunadamente para Danzo, no le estaban siguiendo después de la reunión, lo que ayudó a aliviar sus preocupaciones hasta cierto punto. Por desgracia para él, la base principal de ROOT y la serie de túneles que conectaban los distintos pisos francos de la aldea y sus alrededores estaban dentro del radio de acción de Shibi, por lo que Danzo podía ser localizado en cualquier momento. Ese tiempo se empleó en identificar y marcar esos pisos francos mientras se reunía discretamente a los ANBU y a los jonin más fiables de la aldea para la siguiente fase del plan: el asalto real a las instalaciones.

En consecuencia, docenas de escuadrones de ANBU asaltaron los pisos francos e irrumpieron en los túneles conectados a ellos, mientras un enjambre de kikaichu de Shibi los conducía hacia la ubicación de Danzo. Jiraiya, Tsunade, el Equipo Ro de la ANBU y una colección desmesurada de poderosos jonin llegaron entonces directamente al cuartel general de Danzo y ROOT. La incursión se desarrolló como cabría esperar de una operación sorpresa que implicara un nivel de fuerza significativo. Sin embargo, cuando el equipo se encontró finalmente con Danzo, se produjeron algunos sucesos inusuales.

Tsunade tenía una experiencia considerable en su campo, aunque no estaba dispuesta a reconocerlo. En sus muchos años como médico de combate de élite en el frente, había presenciado muchas muertes. Era simplemente un hecho de la vida, y una consecuencia de la profesión que había elegido. Había visto morir a suficientes personas como para poder afirmar con seguridad que, cuando la gente moría, tendía a quedarse en el suelo. Era un hecho básico de la vida: la gente moría cuando la mataban.

Por lo tanto, era sorprendente que hubiera encontrado a dos personas capaces de romper esa tendencia en un solo mes. Observó la muerte de Orochimaru a manos de Naruto, que le asestó un golpe mortal en la cabeza, y de Jiraiya, que incineró el cadáver. Sin embargo, aún era capaz de eludir su captura y secuestrar a Uchihas. Entonces, Danzo Shimura, que había sido gravemente herido por un Rasengan Gigante, regresó. Volvió literalmente. El cadáver del individuo se desvaneció, y luego volvió de una pieza como si nada hubiera pasado. Lo mismo ocurrió cuando le dio un puñetazo, utilizó un bisturí de chakra para quitarle la cabeza y lo paralizó para que Jiraiya lo empapara en aceite y le prendiera fuego.

A pesar de los repetidos intentos de eliminarlo, simplemente reaparecía. Esto era extremadamente frustrante.

Además, el Aburame intentaba envenenarla con nanobichos, lo cual era una fuente adicional de frustración. Cabe destacar que Tsunade tenía una afinidad natural por los rayos, lo que la convertía en una candidata ideal para convertirse en una exterminadora de bichos andante. Del mismo modo, convertir el veneno en una niebla roja y purgarlo de su organismo fue un proceso relativamente sencillo. Sin embargo, un momento de distracción, combinado con un enjambre de tigres de tinta y la aparición inesperada de Baku, proporcionó a Danzo una breve oportunidad de escapar.