Capítulo 6: Un reencuentro tenso

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Naruto mantuvo la compostura ante la inusual e inquietante mirada del hombre. No buscó refugio detrás de la mujer de pelo azul, y no permitiría que nadie le sugiriera lo contrario.

"Konan, ¿puedo preguntar por la naturaleza de este objeto?", preguntó el hombre de pelo anaranjado y ojos ondulados a la mujer, que se llamaba Konan.

"Un niño, Nagato", respondió Konan con naturalidad.

"Ya lo veo". El tono del hombre era tan seco que incluso la recelosa niña de ocho años pudo captarlo. "Permíteme reformularlo; ¿puedo preguntarte por qué has traído a un niño a la torre?".

Naruto estaba cada vez más inquieto. El hombre de ojos inusuales y pelo parecido al de Naruto no parecía especialmente entusiasmado con su presencia en las instalaciones, aunque era difícil averiguar sus verdaderos sentimientos debido a la falta de inflexión vocal. Los numerosos piercings del hombre no favorecían un ambiente tranquilo. Sin embargo, se tranquilizó un poco cuando sintió una mano suave en el pelo.

"Lo encontré solo bajo la lluvia, a una distancia considerable del asentamiento más cercano, en mi viaje de regreso a Ame", empezó, mirando al muchacho en cuestión, y luego hizo una pausa antes de mirar al hombre a los ojos. "Me hizo recordar la situación en la que nos encontrábamos anteriormente".

"Ya veo", respondió él, dejando pasar un momento de silencio antes de continuar. "¿Cuál es tu intención con respecto al niño?"

"Creo que puedo ayudarle, y que podemos proporcionarle el apoyo que necesita, igual que Sensei hizo con nosotros".

"¿No sería más sencillo que asistiera a la academia ninja de Ame?".

"No estoy tan seguro de eso", respondió Konan antes de sacar un pequeño pergamino de almacenamiento y desprecintarlo, revelando la gran masa que era el Pergamino de los Sellos.

El concepto de integrar a la perfección un objeto grande en otro más pequeño con una sola acción, y luego recuperarlo cuando fuera necesario, resultaba muy intrigante para Naruto. Estaba tan cautivado por la idea que no pudo contener su entusiasmo hasta que habló. "¿Cómo lo has conseguido?"

Inmediatamente se contuvo e hizo un leve movimiento como si estuviera a punto de hablar, a pesar de ser consciente de que Konan no reaccionaría negativamente a su entusiasmo. Era consciente de que Konan no arremetería contra él por su entusiasmo, pero aun así le afectó el instinto de retroceder. Hacía poco que había abandonado la aldea.

"No tienes motivos para preocuparte", oyó que ella intentaba tranquilizarle, lo que le sorprendió porque suponía que había sido capaz de permanecer sutil al respecto. Su brillante mirada azul se encontró con la suave mirada ámbar que lo observaba con agudeza, y vio más de aquella emoción desconocida en su mirada. Rápidamente recuperó la compostura.

"¿Podrías aclararme cómo has conseguido meter un pergamino de ese tamaño en uno más pequeño?". preguntó Naruto.

"Es un pergamino de almacenamiento", explicó ella, desenrollando el objeto y mostrando a Naruto la matriz del sello garabateada en el pergamino. "Utiliza chakra mediante una práctica llamada 'fuinjutsu' para sellar cosas en espacios en los que de otro modo no cabrían".

Casi había perdido el hilo de la explicación, pero fue capaz de captar los puntos clave mediante un proceso de eliminación. "Entonces, en esencia, ¿la tinta del pergamino hace que parezca más grande por dentro que por fuera?".

Konan reflexionó un momento sobre el resumen básico antes de asentir con una suave risita. "Creo que ésa es una forma de expresarlo, pero es algo más complejo que eso".

Eso no tenía importancia. Ya estaba en las inmediaciones, así que aprovecharía para recompensarse por sus esfuerzos.

Entonces observó que el hombre que Konan le había presentado estaba absorto leyendo el pergamino en silencio. Su rostro era inexpresivo, pero Naruto podía ver cómo sus ojos escudriñaban la información que contenía. Naruto no estaba seguro de cómo se sentía acerca de que aquel hombre revisara su billete de ida para convertirse en un poderoso ninja digno del respeto y el reconocimiento de todos, pero se guardó sus opiniones. No tuvo que esperar mucho para que el hombre hablara.

Naruto -La luna del amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora