El repiqueteo del bastón de Danzo contra el suelo resonó en el silencio de la sala. Una compañía de agentes de ROOT se arrodillaba ante su líder supremo, a cuya cabeza se encontraba su proyecto más reciente y fructífero hasta la fecha, la jinchuriki Nanabi. La visión de una cortina de menta inclinándose ante él con total y absoluta deferencia casi le arrancó una sonrisa. Puede que el ojo de Shisui le ayudara a dar el pistoletazo de salida, pero el hecho de que consiguiera moldearla tan rápidamente para convertirla en un arma afilada era realmente asombroso. Le había sorprendido lo competente que era como luchadora cuando llegó, pero la verdadera sorpresa fue su rápido crecimiento. Era una esponja en estado puro, absorbiendo todo lo que le enseñaban con un vigor que recordaba a Orochimaru en su adolescencia.
No sólo eso, sino que también podía aprovechar el chakra de su biju como si fuera una segunda naturaleza, deslizándose fácilmente hacia estados más poderosos mientras mantenía sus facultades. Resultaba curioso, ya que supuso que un mayor número de colas haría que el chakra fuera mucho más volátil, pero una pepita de información de la Dama Mito Uzumaki décadas antes le recordó que el temperamento de la bestia a menudo marcaba la diferencia. En cualquier caso, aquella poderosa bendición reforzaba su ya enorme potencial. Verdaderamente, su talento se estaba desperdiciando en un agujero de mierda como Takigakure, incluso sin tener en cuenta que era una jinchuriki.
Su ritmo de crecimiento era francamente prodigioso, pero dudaba en referirse a ella como tal. Términos como "genio" y "prodigio único en una generación" se utilizaban tan a la ligera hoy en día para describir a engendros demasiado confiados que ni siquiera eran capaces de lanzar una mirada pasajera a los monstruos del suelo que pisaban sus dos sensei, ni eran nada en comparación con verdaderos shinobi destacados como el Colmillo Blanco, el Sannin, el Yondaime, o incluso aquel mono tonto que se pudría en una tumba como el payaso que era-.
Se sacudió mentalmente para salir de aquella cuerda en evolución. No era el momento de malgastar energía cerebral en su ignorante rival. Él estaba muerto, y Danzo no. Todo estaba bien en el mundo...
...Excepto por el hecho de que aún no gobernaba Konoha. Sin embargo, eso se arreglaría pronto. Por eso se estaba celebrando esta reunión.
"Fu", se dirigió, y se identificó rápidamente, "Jinchuriki", cuando tanto ella como Fu Yamanaka levantaron la mirada.
"¿Sí, Señor Danzo?" respondió Fu obedientemente.
"Tu misión es de suma importancia", empezó él, y ella se animó. "Confío en ti para que comandes esta compañía de RAÍCES en un asedio a Konoha".
Sus ojos se abrieron ligeramente y lo miró con un sano grado de sorpresa y confusión. "...¿Un asedio completo a Konoha? ¿Con sólo unos pocos pelotones?"
Un leve gesto de su mano detuvo los movimientos ascendentes de varias RAÍCES detrás de ella, dispuestas a disciplinarla por cuestionar a su líder supremo. Si hubiera sido cualquier otra persona la que hubiera cuestionado así sus órdenes en cualquier otra situación, lo habría permitido, pero este caso le provocó una leve sonrisa. Su escepticismo respecto a esta aventura con la información que le habían dado significaba que no era idiota, lo cual era bueno.
"Quizá convenga más contexto", concedió Danzo, y todos le prestaron embelesados atención. "Sai y Fu Yamanaka me acompañarán a Tetsu no Kuni. Hemos conseguido los servicios de Tsuki no Me para que me ayude a matar al Hokage y a sus guardias en la Cumbre de los Kage."
Empezó a comprender, así que Danzo continuó. "Mientras tanto, dirigirás esta compañía con un ejército de experimentos del sello maldito de Orochimaru detrás de ti, y atacarás Konoha mientras sean vulnerables. Dejad que esas bestias salvajes se ensañen con la población mientras vosotros acabáis con sus fuerzas más competentes".
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Naruto -La luna del amanecer
AcakCuando le encargaron a Jiraiya la tarea de localizar a Tsunade, no preveía que también descubriría en su compañía a un jinchuriki desaparecido hacía mucho tiempo de la aldea. Tampoco estaba preparado para el hecho de que llevase una capa de Akatsuki...