Mikoto Toshinori entra a la famosa Academia U.A, donde va a conocer a muchas personas, y entre ellas a cierto rubio explosivo que conquista a la chica de inmediato
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"KAIYA"
INVEITABLEMENTE ABRAZÓ A SU HERMANA, las dos se encontraban en silencio y algo tristes por la situación.
Estaban en una habitación que nadie en muchos años se había atrevido a abrir. Dicha habitación le pertenecía a la fallecida hermana de Hani y Mikoto. La hermana mayor de ambas. Kaiya.
Mikoto tenía cinco y Hani diez cuando Kaiya de quince falleció en un terrible accidente del cual nadie pudo hacer nada para rescatar su vida. Ni siquiera su cuerpo fue encontrado, demostrando lo horrible que él accidente fue.
Mikoto ciertamente recordaba a su hermana, quien era de carácter fuerte y bastante terca, le gustaba ganar y su sueño era ser tan increíble como su padre.
Pero, en un accidente donde Kaiya terminó perdiendo la vida al caer de un barranco, provocó que toda la familia Toshinori se mudara de Japón a los Estados Unidos.
Ciertamente la habitación de Kaiya había quedado igual a como ella la había dejado. La mayor de las hermanas ciertamente era muy ordenada, cosa que les enseñó a las dos menores.
Hasta el día de hoy, Mikoto siempre recordaba a su hermana sonriendo y disfrutando de la vida, recordaba el primer y único festival deportivo de su hermana, donde ella terminó ganando el primer lugar y miró hacia el cielo mientras besaba su medalla.
Recordaba que Kaiya siempre hacía eso cuando ganaba algo. Mikoto recordaba cómo su hermana nunca perdía la sonrisa, Mikoto recordaba todas la tardes que pasaba con su hermana en esa habitación, ambas recostadas en la cama de Kaiya mientras que la menor coloreaba y la mayor hacía sus tareas. Hani no tardaba en acompañarlas.
Y hablando de Hani....
Ella tenía más recuerdos con su hermana mayor, recordaba cuando solo eran ellas dos, como se peleaban por la atención de sus padres o por cualquier cosa, recordaban cómo se alegraron por la llegada de Mikoto.
Y recordaban el día en que nació, recordaban cómo ambas prometieron siempre cuidar de su hermana menor. Algo que Hani iba a cumplir hasta el final de sus días.
Las dos hermanas lloraron abrazadas, recordando esa tercera parte que les faltaba. De lo que ninguna se dio cuenta fue que sus padres las observaban en silencio, ambos igual de dolidos.
Todos extrañaban a Kaiya.
—Muy bien —espetó Hani secándose sus lágrimas y luego las de su hermana—. Ese gesto que hiciste ayer ¿Fue por ella?
—Claro que si —murmuró la menor con la voz ronca—. Recordé que ella siempre hacía eso.
—Han pasado diez años y aún te acuerdas de tantas cosas, eras tan joven —murmuraba la mayor—. Yo también la extraño mucho.
Si que la extrañab, a veces, cuando se despertaba bastante dormida, pensaba en pedirle ayuda a Kaiya con algún peinado, o pensaba en tener que ir a despertarla pues su hermana mayor era realmente dormilona.
