Prólogo

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Llegaba tarde al trabajo, mi día empezaba de la peor manera. Mi despertador no sonó, mi uniforme estaba sucio,el desayuno de Jaekyung no estaba listo, y por eso Jaekyung no me quiso llevar al gimnasio. Si me llegara a pasar algo malo de nuevo, no me sorprendería, aunque si me enojaría.

—Buenos días Doc Dan—era el entrenador, que siempre me recibía con una sonrisa.

—Buenos días entrenador, ¿Jaekyung ya termino su entrenamiento matutino?— le devolví la sonrisa.

—Aún no, ese chico, se sigue explotando en el deporte— dijo el entrenador con cara de disgusto—pero cuéntame Dan, ¿Por qué llegaste tarde hoy?

—Ah eso— me sonroje por la pregunta —Bueno en pocas palabras mi dia empezó de la peor manera.

—Bueno, siempre habrá días malos, pero sabes, cuando eso pasa, significa que algo bueno se acerca— dijo mientras me daba palmadas en la espalda.

—Eso espero, porque ya no soportaría otro disgusto— estaba un poco molesto por todo lo que había pasado en el día.

De repente se escucho una voz fuerte, y ya sabía de quien era.

—Oye Dan, ven— era Jaekyung, estaba todo empapado de sudor—Es hora de mi terapia.

—Enseguida voy Jaekyung. Adiós entrenador— empecé a caminar rápidamente a la habitación, tratando de alcanzar a Jaekyung.

Entro a la habitación y Jaekyung me quita de la puerta para cerrarla y ponerle seguro.

—No creo que eso sea necesario, es solo una sesión de terapia— digo un poco apenado.

—Oh Dan, tu piensas que yo quiero uno de tus estúpidos masajes— dijo Jaekyung mientras me acorralaba en la pared—Tú sabes perfectamente lo que quiero.

Y así fue, Jaekyung empezó a quitarme los pantalones y sin ningún aviso, introdujo sus dedos en mi.

—Solo no hagas tanto ruido, ¿no querrás que los demás nos escuchen verdad?— dijo mientras seguía moviendo bruscamente sus dedos en mi.

—de acuerdo, Jaekyung—obvio no quería, y no me refería a solo que nos escucharan, no quería tener sexo con el, ya con todo los disgustos de la mañana, esto no podría ser peor.










El reloj marcaba las 6:00 p.m, y yo salía del gimnasio, Jaekyung no me pudo llevar de nuevo ya que tenía una sesión de fotos. Y yo me quede revisando archivos de la salud de Jaekyung, para poder darle un mejor tratamiento. No quería ir a casa, solo quería un pequeño tiempo para mi, sentirme bien, feliz y ya sabía que hacer.

Camine hasta encontrar la panadería más cercana, entre y empecé a buscar entre los postres una tartaleta de fresa, era una de mis favoritas ya que fue el postre que me compro mi abuela el día de mi graduación.

—uhg, donde estará esa tartaleta—  buscaba la tartaleta desesperadamente.

—Creo que buscas esto— Esa voz.

Voltee rápidamente para ver quién era, y si, era la persona en quién pensaba.

—¿Ji-Ho?— estaba sorprendido¿Será ella?

—Si tontito, soy yo, tu Ji-Ho— dijo mientras abría los brazos en señal de abrazo.

—¡Ji-Ho!—

—¡Dan!—

Celos-Jinx AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora