La Idol

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La noche había caído sobre Seúl, envolviendo la ciudad en un manto de luces brillantes y sonidos vibrantes. Las calles principales, siempre bulliciosas, estaban ahora desbordantes de energía. Los edificios se iluminaban con neones que parpadeaban en una danza de colores: rojos, azules, y verdes. Las luces del tráfico reflejaban sobre el asfalto, creando un mosaico de destellos que guiaban a los transeúntes por el laberinto urbano.

En el corazón de este dinamismo, se erguía el imponente estadio, un coloso de acero y cristal que se alzaba como un faro en la oscuridad. Las enormes pantallas LED en la fachada del estadio proyectaban imágenes vibrantes y mensajes animados sobre el evento de la noche: el esperado concierto de Amity Blight, artísticamente conocida como 'Ami'. La expectativa en el aire era casi palpable, un zumbido de emoción que se extendía más allá de las puertas del recinto.

La multitud empezaba a congregarse frente al estadio, sus voces creando un murmullo de anticipación. Los fanáticos, con camisetas de colores brillantes y pancartas personalizadas, se movían en una sinfonía de entusiasmo. Los fotógrafos capturaban los momentos especiales mientras los asistentes se preparaban para el espectáculo. El aroma de la comida callejera, desde el picante kimchi hasta los dulces de arroz, flotaba en el aire, mezclándose con el perfume de la noche.

Dentro del estadio, la atmósfera era un torbellino de actividad. Las luces del escenario aún estaban apagadas, pero el equipo técnico trabajaba con precisión. Los cables se conectaban, los altavoces se ajustaban, y las luces se alineaban para el espectáculo que estaba a punto de comenzar. Los técnicos se movían con eficiencia, realizando pruebas de sonido y ajustes finales mientras los ensayos de las coreografías se llevaban a cabo en el escenario.

A medida que el reloj avanzaba, la excitación aumentaba. Cada detalle estaba meticulosamente planificado para asegurar un espectáculo impecable. La vibrante energía que emanaba del estadio no solo se sentía en el aire, sino que parecía envolverse en una capa de expectación y entusiasmo.

En el corazón del backstage, Amity Blight se encontraba en su camerino, un espacio cuidadosamente diseñado para reflejar su estatus como una estrella del K-pop. Las paredes estaban decoradas con posters de sus anteriores actuaciones y trofeos que testimoniaban su éxito en la industria. Una mesa repleta de productos de belleza y accesorios estaba a un lado, y un gran espejo con luces brillantes se alzaba frente a ella.

Amity estaba en el centro de la habitación, preparándose para el espectáculo. Sus estilistas y maquilladores trabajaban alrededor de ella con una precisión casi quirúrgica. Su cabello lila, largo y ondulado, caía en suaves cascadas hasta sus hombros, perfectamente arreglado para resaltar su estilo único. Cada mechón estaba meticulosamente peinado para que reflejara la luz de manera deslumbrante.

Su vestido negro ajustado acentuaba su figura esbelta, diseñado para realzar su elegancia natural sin sacrificar la comodidad. El vestido, con un ajuste ceñido y detalles sutiles, destacaba por su sofisticación. La chaqueta de cuero negra que llevaba encima añadía un contraste audaz y moderno, dando un toque de rebeldía al conjunto. Los acabados metálicos en la chaqueta completaban su look, fusionando lo elegante con lo audaz.

Mientras los últimos detalles eran ajustados, Amity se miraba en el espejo con una mezcla de nerviosismo y determinación. Sus ojos grandes y expresivos, de un color miel profundo, brillaban con la intensidad de sus emociones. El maquillaje resaltaba sus características, pero no opacaba su belleza natural. El reflejo en el espejo mostraba a una joven que, a pesar de su éxito, seguía sintiendo el peso de las expectativas y el deseo de ofrecer una actuación inolvidable.

Amity ajustaba el vestido y alisaba la chaqueta con movimientos delicados pero firmes. Cada gesto estaba cargado de una mezcla de confianza y concentración. Se movía con gracia, y su actitud reflejaba la seriedad con la que tomaba su carrera. Sabía que esta noche era crucial, no solo para su imagen pública, sino también para su propia satisfacción como artista.

La Idol del Rock - Lumity. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora