五条先生、お父さんですか！？ [ SATORU GOJO X LECTORA ]

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Los niños no son tontos, él lo sabía. ¿Que estaba pasando? Por más que preguntara y recibiera respuestas confusas e inocentes hacía creer a los responsables que tenían razón, que su palabra valía más que lo que estaba viendo.
¿Acaso lo tomaban por tonto? Era un niño, no un tonto. Tenía sentido común y razonamiento suficiente como para saber que personas eran agradables y quienes no, que estaba ocurriendo por más que descaradas mentiras y sonrisas intentaran ocultar sus errores.

Estaba molesto, detestaba ser dejado a un lado cuando podía asimilar las cosas con claridad y "madurez" pero, ¿Era capaz de asimilarlo? ¿Estaba seguro de ello o era su simple capricho?.

Mirando con sorpresa por primera vez a quién creía el molesto compañero y " Amigo" de su madre sin gafas o banda, riendo con fuerza al punto de cerrar sus ojos; su curiosidad estaba ahí.
“ Déjame ver, déjame ver ” ¿Por qué tenía la necesidad de saber?¿Por qué sentía tanta curiosidad? Sus penetrantes ojos y su expresión seria a diferencia de momentos atrás eran como los de un depredador cazando y esperando a que su presa diera un descuido para atraparlo.
Penetrante y atento a todo movimiento, satoru sabía que estaba siendo observado y prefería mirar a otra dirección; a una dirección que era infalible y efectiva para quitárselo de encima; su madre.

Y vaya que funcionó — ¡Oye!¡¿A dónde crees que estás mirando?! — Fue un impulso, lo sabía. Sus gritos y el sentir de sus pequeños dientes apretando el interior de sus labios le daba cierta gracia por su reacción y acción. Haciendo reír a los dos únicos adolescentes que prácticamente lo tenían como si fuera su propio hijo.

Llamándolo tierno y celoso en diminutivo, toques y suaves pellizcos por parte de la castaña le hicieron ruborizarse en vergüenza. Sentir las cosquillas de Itadori le hicieron entrar en crisis y patalear de un lado a otro, estando sentado sobre los hombros del adolescente; este no tardó en quejarse que pronto estarían por caerse si no paraba.

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“ — Mamá, ¿Dónde está papá?.

— Mhm... Bueno... Papá — sabía, desde el momento en como su mirada se desviaba de la suya le hizo dar una mala impresión.

— Escuché en la escuela que cuando no hay un papá, es porque no está presente.

— ¡Oye!.

— Todos mis compañeros tienen a sus papás y están presentes, me suelen preguntar si tengo y dónde está.

— oh...mierda. — observarla morderse las uñas y expresar desesperación, incomodidad y molestía por una respuesta clara solo confundía aún más en ese entonces a un pequeño de cuatro años. — Papá... Está... Trabajando, lejos. Demasiado lejos... Quizás lo veas cuando seas un poco más grande — incluso podía notar cuánto le costaba mentir. Aunque, Mentira del todo no era. Ellos estaban viviendo en el extranjero en ese entonces ¿Que tan lejos era lejos? Viajar a japón fue una aventura que le hacía sentirse feliz y emocionado al aún creer en esas palabras. Incluso si estando ya en “el lugar donde papá trabajaba" ¿Por qué no estaba ahí? Se sintió decepcionado y triste, no podía decirle a su madre al respecto por creer que aún estaba ahí, podría estar con ellos. ”

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Observando con detenimiento cada persona, cada varón de gran altura y edad que cruzaban cerca de ellos en el instituto, todos estaban descartados. Cada hombre que se acercaba para conectar con su madre eran automáticamente descartados por él, por su negativa. Por aún creer que su padre no tardaría en defenderlos, en defender a su madre para llamarla " su esposa " y a él, " su hijo".