Nine💌

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Su mente no estaba preparada para la mañana siguiente, cuando entró al salón y vió a sus dos amigos charlando tan amenamente sentados en la misma mesa. Sonrió forzadamente y pasó por su lado sin mirarlos hasta llegar al fondo y ubicarse en uno de los pupitres contra la ventana.

Durante toda la clase trató de prestar atención al maestro y no a las nada disimuladas mirada que su amigo le daba de tanto en tanto. Cuando no sentía su pesada mirada encima, dirigía sus azules hacia él y lo encontraba charlando amenamente con su asiática amiga. Devolvió la mirada nuevamente a su cuaderno, enfocándose en tomar los apuntes correspondientes de la clase.

Cuando la misma termino, comenzó a guardar con toda la calma del mundo sus pertenencias, mientras sus demás compañeros salían del salón dejándola sola, o bueno, eso pensaba.

Una varonil mano se apoyó contra su pupitre y debajo de esta, relucian dos entradas para una función de cine.

Levantó extrañada su mirar y se encontró con la verduzca mirada del rubio, quien le sonreía de lado.

—Tú y yo, hoy a las ocho en el cine. ¿Que dices?

Marinette bajó su mirada y rió levemente.

—No, no lo creo. No creo que sea una buena idea.—Miró con algo de inseguridad a su amigo y notó como este miraba a un lado con una sonrisa irónica.

—Es solo ver una película, además, no recuerdo que haya pasado algo que nos impida estar a solas de nuevo. ¿Tu si?

Alzando una ceja, miró con sugerencia a su amiga.

Marinette pronto entendió que rumbo tomaban las palabras del Agreste y sonrió con diversión.

—Cierto. Pero aún así. ¿Por que no invitas a Kagami? En verdad se muere por conocerte.

—Mari, se que es una buena chica pero no quiero ilusionarla o usarla, yo no soy así. Quizás lleguemos a ser buenos amigos, pero más que eso no creo.

Marinette fingió un puchero y desvió su mirada, simulando tristeza por las palabras oídas, aunque extrañamente, se sentía feliz en el fondo.

—Pues harían muy linda pareja.—Adrien rió y golpeó con su nudillo el pupitre, justo encima de las entradas.

La ojiazul bajó su mirada a aquellos dos papeles y resginandose, asintió.

—Bien, iré contigo. A cambio de que esta noche cocines para mí.—Adrien asintió y se puso de pie haciendo un ademan con su cabeza para que la azabache hiciera lo mismo.

Marinette sonrió y se colocó de pie, colgando su mochila al hombro mientras tomaba las entradas y las guardaba en el bolsillo de su saco.

—¿Vamos a...

—Wow. Me sorprende que no se estén comiendo la boca.—Ambos jóvenes giraron hacia la dueña de aquella voz y se encontraron con una divertida Chloe, que los miraba con una ceja arqueada.

—Adrien. ¿Nos dejas hablar a solas por favor?—El rubio dió una rápida mirada a la rubia y asintió en dirección a su amiga.

—A las ocho, no lo olvides. Paso por ti.—Chloe rió silenciosamente y cuando el rubio salió del salón, miró con insinuación a su peliazul amiga.

Marinette se apresuró a excusarse en cuanto quedó a solas con su amiga.

—Chloe, lo que viste el otro día está fuera de contexto.

—Ah, no no no señorita. Se bien lo que vi, claramente estabas muy cómoda entre sus brazos, no me niegues lo obvio.

La Dupain se sentó encima de su pupitre y miró con resignación a su amiga.

Heart Attack (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora