Quinto Capítulo: Dedos

240 13 1
                                    

ALONDRA'S POV:

Acho, no paraba de pensar en esa noche con Rai, era como si se repitiera una y otra y otra vez en mi cabeza, creo que estoy perdiendo la cordura.

Hace un par de días que ella no viene a la Choza, obviamente porque es día entre semana y ella solo viene viernes, sábado y domingo aquí. Pero ya extrañaba su olor, su calor, su mirada, todo de ella. Así que sin más, marqué a su celular.

Michelle ¿Qué pasa? — contestó, pareciese como si recién se levantó de una siesta, aunque por la hora que era podría serlo.

— Te necesito, Rai. ¿Puedes venir esta noche? — dije sin rodeos, quería ser directa, decirle que necesitaba terminaron lo que empezamos, pero no me atrevía a tanto.

No sé si pueda, Michelle. Pero seguramente estaré por allí, so, tómalo como un sí —  pareciera que ya sabía a donde quería llegar, porque siempre buscaba una excusa para seguir durmiendo, pero esta vez tomó la decisión rápido.

8:00 P.M 🕰

Llegó Rai lo más rápido posible a la Choza, esta vez fue puntual, nunca lo es.

Cuando abrí la puerta, lo primero que hizo fue entrar rápido, cerrar la puerta con seguro y comenzar a besarme desesperadamente. Quedé en shock, si me esperaba continuar lo que habíamos dejado por la mitad, pero no pensé que lo haríamos ni bien llegase.

Caminamos sin interrumpir el beso, hasta que mis piernas chocaron con la cama. Rai me empujó y se subió a mi regazo. Sin decir nada, comenzó a quitarse poco a poco la camiseta, quedándose solo con el brasier. Sus pezones estaban erectos y traspasaron su bra, para destacar, era de un color bordó.

Lo primero que se me ocurrió, en mi mente sucia, fue lamerlos con delicadeza pero con presión. La escuché gemir levemente, porque sí, fue sin aviso esta acción.

Ya sin aguantarme la exitación, la pongo a ella abajo, dejándome entre medio de sus piernas. Comencé a presionar mi pelvis contra su centro, haciendo que esta vez su gemido sea más fuerte. Para acto seguido quitar por completo su ropa , quedándose así, completamente desnuda. Ella, de la vergüenza, tapa su cara con una almohada para que no la vea, así que tomé provecho de esta situación, para empezar a estimular su clítoris con dos dedos. Sus gemidos y mis jadeos inundaban la habitación, entonces decidí, para ya hacer a Rai, mía, meter mis dos dedos dentro de ella, los cuales no hacía falta lubricar, porque con lo mojada que estaba ella en esa zona, ya los lubricó.

Comencé un vaiven lento, hasta que escuché salir de su boca un...

— A-Alo, má-más rápido por favor — fue más un gemido fuerte que otra cosa.

Y como soy una mujer obediente, empecé a mover mis dedos más y más rápido. Sus gemidos eran tan fuertes que creo que mi madre ya se enteró que estaba chingando, pero qué más da, estaba perdida en hacer a Rai mía, así que no me importó.

Cuando en un momento ella dice...

— Me voy a... — No terminó la oración, que empecé a sentir las paredes de su vagina apretarse más y más, su abdomen contrayendose y chorros calientes salir de ella. Lentamente fui sacando mis dedos, para acto seguido, acostarme a su lado.

Ahora me toca a mí, mi amor...—

Amor Secreto || RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora