𝐗𝐕

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Capítulo XV

Tras la noche de pasión vivida entre Pilar y Allan, ambos habían comenzado a convivir como una verdadera pareja, pareciendo un par de recién casados extasiados por la química y la emoción que les recorría y les dominaba. No perdían ninguna oportunidad para expresar todo lo que sentían el uno por el otro, haciendo el amor y sosteniendo encuentros sexuales a cualquier hora y en cualquier rincón de la casa.

Semanas después, la rutina se había asentado en su vida diaria, pero la chispa entre ellos seguía tan viva como el primer día que estuvieron juntos. Ese día en particular, Allan había salido muy temprano a hacer algunas diligencias relacionadas con su trabajo y Pilar se encontraba sola en casa, recortando los tallos de unas flores que había comprado para decorar la sala y la cocina. Sin embargo, mientras cortaba los tallos, uno de sus dedos rozó el filo de la tijera y Pilar dio un pequeño gruñido al darse cuenta de que se había cortado al ver sangre salir de la herida.

Ella abrió los cajones y estantes de la alacena en busca de una curita, pero al no encontrarla decidió que la mejor opción era ir al estudio de Allan, donde sabía que él solía guardar un botiquín adicional. Al llegar al estudio, comenzó a revisar los cajones de unos muebles de madera que había allí, pero no encontró nada. Así que, no tardó en dirigirse al escritorio y comenzó a abrir los cajones uno por uno en busca de una curita. Sin embargo, lo que encontró en el segundo cajón la dejó perpleja.

Allí, cuidadosamente guardado, había un sobre con el nombre de una agencia de viajes en la parte superior. Al palpar el sobre, se dio cuenta de que tenía algo dentro y, además, estaba abierto y la curiosidad la ganó. Pilar abrió el sobre con delicadeza y sacó un par de boletos de avión con destino a París, Francia. La confusión la invadió de inmediato, y aún más al encontrar el recibo de compra de los tickets, dándose cuenta de que la fecha de compra se remontaba a dos días antes del evento en el hotel, un detalle que la dejó en estado de shock.

El corazón de Pilar comenzó a latir con fuerza al recordar la inquietante llamada que había recibido de Jared el día después del último evento en el hotel, donde él había advertido que no dejara que Allan se la llevara de San Petersburgo, asegurándole que él tenía pruebas de que no la había engañado; remarcando de manera insistente que no dejara que la sacara de Rusia por ningún motivo, ya que él tenía planeado ir a verla. Esto solo creó una confusión más grande en Pilar, preguntándose por qué Allan tenía esos dos boletos sin haberle dicho nada a ella. Si algo estaba más que claro era que él la hacía partícipe de todo y entre los dos no se suponía que hubiera secretos.

Pero todo fue mucho peor cuando un papel se resbaló del interior del sobre, cayendo sobre el escritorio. Ella tomó el papel y lo abrió sin miedo, leyendo su contenido que decía: “Los boletos que me encargaste para ti y para ella, ten mucho cuidado, no se te vaya a arruinar el plan”. Al leer la nota, ella llevó su mano a su boca, quedando petrificada ante aquellas palabras, y se creó en su mente muchas dudas, una de ellas era a qué plan se refería esa nota.

Antes de que ella pudiera continuar con sus conjeturas, una voz masculina la hizo temblar, provocándole un pequeño sobresalto. "Pilar," resonó su nombre en el estudio con un tono grave y suave a la vez. Ella giró rápidamente, encontrándose cara a cara con Allan, quien acababa de llegar a casa, observándola con una expresión que ella no lograba descifrar, al tiempo que su corazón palpitaba aún más rápido mientras intentaba mantener la compostura, sin saber cómo enfrentar la situación que acababa de descubrir.

—¿Qué haces aquí? —preguntó él con voz gélida.

Pilar levantó los boletos, sintiendo cómo la desconfianza y la incertidumbre la invadían.

—Quiero que me expliques qué significan estos boletos con destino a París, Francia, comprados dos días antes de que la agencia te informara sobre tu supuesto viaje por la extensión de tu contrato —exigió ella, con un ligero temblor en sus palabras—. Y no me digas que pensabas en irte de vacaciones un fin de semana porque sé muy bien que el contrato nos prohíbe salir de Rusia hasta que termine.

𝘔𝘈𝘚𝘊𝘈𝘙𝘈𝘚 & 𝘙𝘖𝘚𝘈𝘚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora