Mi luz de luna

Capitulo 4-La espada del bosque

Existen leyendas de tiempos árcanos acerca de la creación de una espada sagrada, imbuida en el poder de repeler el mal, leyendas de la era donde los hombres aún vivían en el cielo y montaban enormes aves para cruzar el mar de nubes.

Entre ellos nació un joven, elegido por hylia y guiado por el espíritu de la espada celeste quien le encomendaría la misión de derrotar al mal primigenio, en el camino forjando a la hoy conocida espada maestra con ayuda de las tres llamas sagradas de Farore, Nayru y Din.

Fue en su batalla final contra el heraldo de la muerte que este lo maldijo haciendo que quienes posean la sangre de la diosa y el espíritu del héroe estén atados a él, en un ciclo sin fin de prosperidad y destrucción por parte de una de sus tantas manifestaciones. El heraldo fue sellado en la espada junto a el espíritu que residía en ella.

Al cumplir su misión el héroe de los cielos dejó la espada en el pedestal, a la espera de que su siguiente portador la reclamase, pues solo el legítimo héroe sería capaz de blandir su acero.

Ese era el cuento favorito de cierto niño de cabellos dorados, quien en sus sueños imaginaba ser el héroe de los cielos, montado en su neburi mientras salvaba esas tierras en peligro de destrucción inminente.

Poco a poco fue abriendo los ojos, sobándose los párpados mientras se retiraba su saco, pues nunca se lo quitó al llegar tan cansado del jardín la noche anterior.

A contrario suyo su padre y hermana si estaban vestidos de forma apropiada, con un pantalón gris ligero, camisa a cuadros roja y gorro de noche negro y una pijama de cuerpo completo rosa con tonalidades más oscuras en codo y rodillas respectivamente.

Suspiró y se quedó mirando al techo un rato, procesando todo lo ocurrido la noche anterior.

¿Por que le dije que si tan rápido a su plan? ¿Como le dire a mi padre acerca de mi situación y los permisos?¿que es es que menciono acerca de ser mi "luz de Luna"?

Divagaba dubitativo el niño totalmente pasmado, y así hubiese seguido de no ser por que una voz ya muy conocida para él lo sacaría del trance junto a un vaivén de movimientos bruscos para "asegurarse" de que estuviese despierto, aunque el bien sabía que solo era por joderle la existencia

-HERMANITO!-habló a todo pulmón con total afán de molestar- ¡despierta ya pequeño dormilón!-siguió insistiendo mientras sacudía los hombros de su desdichado hermano.

-Que si lyora ya estoy despierto- dijo para evitar ese martirio de todos los días, si bien era molesto despertarse con un vaso de agua, lo era más hacerlo con esa pequeña demonio de un metro diez de altura.

-Esta bien, pero ahora no es por presionar ni nada, pero, tú pillín le tienes que explicar a papá por que llegaste a las dos de la mañana-Se burló del próximo destino que tendría pues sabe que su padre estaría enojado por darle un susto tan feo (aunque bueno, se durmió mientras lo esperaba).

-Eso lo sé muy bien, así que solo le dire la verdad y esperaré lo mejor-comentó con miedo en su hablar, sin embargo algo de valor lucia entre sus palabras-de todas formas del regaño y la cátedra nadie me salva-finalizó resignándose a su destino.

Minutos pasaban como los silenciosos verdugos del chico, cada segundo era una duda más en su alma hasta que su padre despertó.

-Veo que te levantaste antes que yo, pequeña sabandija-hablo con voz ronca y áspera (en parte por qué hacía frío y acababa de levantarse)-también intuyo que tu hermana te advirtió sobre lo que te puede pasar, no es así?

-sip, y acepto que fue un error el no avisarte o buscarte antes de quedarme fuera, se que te preocupaste mucho y...-fue interrumpido por una risa repentina por parte del adulto.