Prólogo

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La noche envolvía la Academia Nocturna como un manto de sombras densas, donde las altas torres góticas se perfilaban contra un cielo de luna llena. Después de un verano turbulento, los estudiantes regresaban, portando en su memoria los recuerdos de los horrores vividos. Kevin caminaba al frente, su figura y robusta proyectando una sombra imponente en el sendero de adoquines que conducía a los antiguos portones de hierro de la Academia. Sus ojos reflejaban la preocupación latente que sentía por los suyos, mientras su instinto de lobo le advertía de peligros invisibles.

A su lado, Natalia avanzaba en silencio, la muchacha tiene el cabello largo con flequillo para hacer honor a Ruby, su mente inundada por visiones fragmentadas que no lograba comprender del todo. Sentía una inquietud inusual en el aire, un presentimiento que no podía ignorar. Como si algo, o alguien, estuviera a punto de irrumpir en la realidad de su vida cotidiana. Se volvió hacia Kevin, con la intención de compartir su preocupación, pero lo pensó mejor. Había aprendido que algunos misterios debían desentrañarse en solitario.

Lowell cerraba la marcha agarrando de la mano a Lyra, sus ojos oscuros observando cada rincón con atención, buscando cualquier movimiento entre las sombras. Con un ligero movimiento de su mano, agarra fuertemente la mano de Lyra, casi como si respondiera a su ansiedad. Aunque el peligro parecía haber pasado, no podía evitar pensar que algo mucho más siniestro estaba en marcha.

Claire caminaba junto a ellos, su presencia reconfortante como un cálido rayo de luz en medio de la noche. La preocupación cruzaba su rostro angelical mientras sus ojos recorrían a sus amigos, especialmente a Kevin, cuyas emociones siempre eran tan intensas y difíciles de ocultar. Sabe que todos han pasado por momentos difíciles y que el regreso a la Academia no sería sencillo. Sin embargo, ella también sentía que su lugar estaba aquí, con ellos, protegiéndolos y sanando sus heridas, tanto visibles como invisibles.

A medida que se acercaban a la entrada principal, los recuerdos de Ruby comenzaron a inundar sus mentes. La muerte de su amiga había dejado una cicatriz profunda en sus corazones, una herida que aún no sanaba del todo. Ninguno de ellos sabía que en ese mismo momento, escondida en las sombras de la noche, alguien observaba su regreso. Desde una ventana oscura en lo alto de una de las torres de la Academia, los ojos de una persona brillaban con una luz nueva, una chispa de vida que había regresado gracias a alguien. La figura los miraba, su corazón latiendo en un ritmo recién recuperado, sabiendo que pronto, muy pronto, su presencia se revelaría.

Los portones se abrieron con un chirrido, y uno por uno, los cinco amigos cruzaron el umbral de la Academia Nocturna. Ignoraban la verdad oculta en las sombras y la presencia silenciosa que los vigilaba. El destino había tejido sus hilos en silencio, y el regreso de la figura cambiaría todo. Aunque ninguno de ellos lo sabía, la aventura apenas comenzaba, y la Academia Nocturna estaba a punto de ser el escenario de un nuevo capítulo, uno que uniría sus destinos de formas que nunca podrían haber imaginado.

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