Academia Sobrenatural

Prólogo

El viento gélido susurraba a través de los árboles del bosque que rodeaba la Academia Nocturna, llevando consigo un eco lejano de lo que alguna vez fue. Entre las sombras de la noche, la luna llena proyectaba un brillo etéreo sobre las lápidas del jardín cementerio, iluminando los rostros de aquellos que, sin saberlo, caminaban en la línea del destino y la condena. Era una quietud engañosa, un respiro antes de la tormenta. Los pasos resonaban en la fría tierra, como si el mismo suelo lamentara el próximo caos que se avecinaba.

Un grupo de personas se encontraban en el centro de esa oscuridad, sus siluetas destacadas bajo la luz espectral de la luna. Personas con máscaras en forma de dragón, sus ojos brillantes cómo una luciérnaga, lo único que se le oye susurrar es: "El libro de los condenados..."

Se mueven de forma escalofriante, cómo si no tuvieran huesos, simplemente siendo tragados por las sombras cómo espíritus.

"Ven a nosotros". Decía uno de ellos antes de desaparecer por completo bajo la superficie sombría de la noche.

Las mentiras, los secretos y los traumas del pasado los habían cambiado. Ya no eran los estudiantes despreocupados de antes. Ahora eran sobrevivientes, atrapados en un juego mortal donde cada decisión, cada palabra, podía ser su perdición.

Y, sin embargo, lo peor aún no había llegado.

Mientras el grupo desaparecía, las nubes comenzaron a cubrir la luna, sumergiendo todo en una oscuridad espesa. El aire se sentía más denso, como si el mundo estuviera conteniendo el aliento, esperando el siguiente movimiento en este tablero de caos.

La batalla no sería solo física. Sería mental, emocional, y en cada uno de esos frentes, sabían que la traición, la manipulación y el miedo serían sus peores enemigos.

Porque, al final, en este juego de sombras y traiciones, solo una cosa era segura: nadie estaba realmente a salvo.

La calma antes de la tormenta había terminado. Y el caos, una vez más, los envolvería sin piedad.