Capítulo 17: Sombras y Secretos

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No tengo ganas de nada, sigo en la cama reviviendo una y otra vez el momento en el que Alexander murió, Ruby apenas pasa tiempo en la habitación, Natalia sigue en la enfermería recuperándose, Lowell me hace visitas para ver cómo estoy, Kevin está por ahí, y Claire bueno, ella está con Kol.

—"Levanta ese cuerpo."— Ruby aparece por primera vez desde ayer en la habitación.

—"Pero si es doña desaparecida."— trato de bromear.

—"Es que tengo una vida muy ocupada."— sonríe.

—"Ya lo veo ni siquiera duermes aquí."— me incorporo para mirarla mejor.

—"Bueno, es que soy muy activa."— se sienta en el borde de mi cama—. "Y tienes a Lowell preocupado cómo un novio preocupado, no es sano."

—"¿Y que sabes tú de eso?"— levanto una ceja.

—"Digamos que se preocupa demasiado por ti."— frunce el ceño.

—"Es un buen amigo."— miento.

—"A mi un chismorreo no se me escapa, entre vosotros dos hay algo más."— me mira con picardía.

—"¿Y entre tú y Kevin?"— le devuelvo el comentario.

—"¿Entre gruñón y yo? nah, no hay nada, más quisiera ese salir con semejante diosa griega."— comenta con su habitual orgullo—. "Soy inalcanzable para él."

—"Haré cómo que te creo."— me río un poco.

—"Mírala pero si sonríe y todo."— bromea la pelirroja.

—"Hoy tengo el entierro de Alexandra y de su hermano mayor y mi mentor."— suspiro.

—"Estarás bien, fueron personas importantes para ti, ahora están mejor, que envidia."— comenta mirando a la pared.

—"¿Perdona que?"— la miro con incredulidad.

—"Digo que... ellos ya no tienen que lidiar con toda esta locura,"— Ruby desvía la mirada, como si hubiese dicho más de lo que quería—. "No es fácil, ya sabes, estar aquí."

—"No lo es,"— admito, sintiendo el peso de sus palabras—. "Pero no envidio su descanso, todavía hay tanto por hacer."

—"Y eso es lo que quiero que recuerdes,"— Ruby se inclina hacia mí, su voz adquiriendo un tono más serio—. "Tienes que seguir adelante, por ellos, por ti."

—"Sé que tienes razón,"— asiento lentamente—. "Pero es difícil no sentir que parte de mí se fue con ellos."

—"Todos hemos perdido algo,"— Ruby suspira—. "Pero si nos quedamos estancados en eso, ¿qué nos queda? Nada. Así que levántate, porque el mundo no se va a detener porque te sientas mal."

—"No todos tienen tu fuerza, Ruby,"— le digo, mirándola con una mezcla de admiración y resignación.

—"No siempre fui así,"— responde, y por un instante, algo vulnerable asoma en sus ojos—. "Aprendí a base de golpes. Y te aseguro que no quieres pasar por lo mismo."

—"Tienes razón,"— admito, sintiendo que algo dentro de mí comienza a cambiar, como si sus palabras hubieran encendido una pequeña chispa de fuerza—. "No quiero quedarme aquí, hundida."

—"Eso es,"— Ruby asiente con aprobación—. "Levántate, haz lo que tienes que hacer, y luego sigue adelante. No estás sola en esto."

—"Gracias, Ruby,"— digo con sinceridad, sorprendiéndome a mí misma al encontrar algo de alivio en sus palabras.

—"No me des las gracias,"— dice ella, sonriendo de nuevo, aunque esta vez su sonrisa es más suave—. "Solo haz lo que digo, y saldrás de esto más fuerte."

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