Capitulo 18.

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Ya es lunes, hoy el día no amaneció muy bien. Las nubes están negras, de un color muy oscuro.

Me levanto, voy al baño hago mis necesidades, lavo mis dientes y me visto. Me pongo algo sencillo, un pantalón negro que me queda un poco grande, una camisa del mismo color larga, unas converse desgastadas, tomo mi suéter gris y mi mochila; mientras bajo las escaleras recojo mi pelo en una cola alta.

-¿A dónde vas?- pregunta mi tío llendo tras de mi.

-A la escuela.- digo con obviedad.

-¡¿A LA ESCUELA?!- mi tío ríe.- Morgan no somos idiotas, ¿Quien es el viejo que te está manteniendo?- dice con un tono de burla.

Me giro y lo veo a los ojos con el ceño levemente fruncido, luego veo a mi tía que está detrás de mi tío recostada a la pared de la sala...

-¿Mi dinero?- pregunto viéndola con odio.

Ella sonrió con el mismo odio hacia mi.

-¿Que dinero?- alza las cejas y se lleva el cigarro a la boca.

-El dinero que la trabajadora social me da siempre...¿Dónde está?- pregunto cruzandome de brazos.

Ella suelta el humo de una forma elegante pero malvada, con una delicadeza que solo ella sabe usar.

-¿Para que lo quieres?- pregunta con calma, su mirada tiene un atisbo de diversión.

-Lo quiero porque es mío.- sentenció.- Es mí dinero, no el tuyo ni el de él. Es mío.- la veo de forma fría y desafiante.

Mi tío, me toma del brazo y me lanza contra la pared, antes de que pueda reaccionar para defenderme me da una cachetada, caigo al suelo por la fuerza.

-¡Vuelves a hablar así y te vas a arrepentir de haber nacido!- grita.

Veo como cierra su puño, estaba a punto de darme un golpe, pero mi tía lo detuvo.

-¡Basta!- lo empuja lejos de mi.

Ella se gira, me levanta del suelo y me revisa el rostro.

-¡No me digas que me detenga!¡Es una niña malcriada y merece ser golpeada hasta que entienda que mientras viva aquí, ella no tendrá nada!- el le grita a mi tía, viéndome con una mirada lasciva y llena de odio.

-¡No!¡Si le sigues golpeando sus maestros se lo dirán a la trabajadora social!- grita calmando a mi tío.- Toma tu dinero. Y Te largas. ¡Ya!- ella me lanza el sobre con dinero.

Agarro el sobre, tomo mi abrigo y mochila y salgo de allí. Camino rápido, mientras coloco mi abrigo torpemente, me abrazo a mi misma y empiezo a llorar.

¿Por qué mi vida tiene que ser tan cruel? Es decir, ¿No puedo simplemente tener una familia feliz y tranquila sin problemas ni discusiones? Lo único que me faltaría para la cereza del pastel es que me secuestren.

¿Si te das cuenta que cada vez que sueltas un comentario de ese tipo terminamos más jodidas?

Cuando estoy lo suficientemente lejos de la casa de mis tíos, me siento en la acera. Abro mi mochila y guardo el dinero no sin antes revisar el sobre y contar el dinero. Saco mi celular y lo desbloqueo. Busco el número de Anthony y le marco.

Aún sigo llorando y mi mejilla duele mucho, no necesito verla para saber que está roja.

-¡Hola Mor!¿Que pasa?- lo escucho contestar con entusiasmo, no puedo evitar imaginarme su sonrisa. Río un poco, o intento reír, ya que esa risa salió más parecida a un sollozo.-Ey, ¿Que pasa?...

Respiro profundo intentando calmarme.

-Di-discuti con mis tíos y-y mi t-tio me g-golpeo...- hablo entre sollozos.

Lo escucho soltar una maldición.

-¿Donde estas?- el habla en un tono fuerte, y enojado.

Veo a mi alrededor y limpio mi rostro.

-Yo...- no sé dónde estoy. Veo de referencia empiezo a mirar a todos lados y me doy cuenta de que me fui por el camino equivocado.

¿Cómo lo sé? Fácil, mi vecindario consiste en tres partes. La primera, las personas que viven allí son adineradas (por así decirlo) es la parte más bonita, las casas son coloridas, las familias son aparentemente felices y todo muy bonito. Luego está la parte donde vivo yo, que no es que sea una zona tan fea, pero no es igual que la primera, es más aburrida y menos bonita. Y por último, la zona más peligroso de mi vecindario, la parte norte; en esta las cosas son mas feas, toda esa zona está abandona, edificios, fabricas, casas... Todo está abandonado. Y normalmente, las personas que están metidas en el bajo mundo, vienen acá.

Así que, yo me encuentro en medio de esto. En las esquinas veo a hombres y mujeres comprando y vendiendo lo que supongo es droga... Hay personas tiradas en el suelo (supongo yo ebrias o drogadas, tal vez hasta muertas) veo a las personas entran en las fábricas; y para terminar de morirme del miedo, mientras paso mi mirada por todo esto, noto a hombres viendome de forma lasciva, desnundandome con la mirada.

-¡¿Morgan?!- parpadeo varias veces.-¡Maldita sea!¿Sigues allí?- asiento, pero luego recuerdo que el no me ve.

Ay que idiota.

-S-si...- contesto más nerviosa todavía.

-Dime donde estas, voy por ti.- vuelve a hablar Anthony. Bueno, está vez lo exige.

-Y-yo... Creo, que estoy en la zona n-norte de mi residencia.- hablo bajando la mirada con miedo.

Escucho como suspira y suelta otra maldición.

-Estare allí en menos de 10 minutos.- dice de forma tranquilizante.- Por favor, no te muevas de donde estas, y si alguien se te acerca solo patealo y corre, ¿Vale?

-S-si...

El se despide. Yo guardo mi celular en el bolso y mantengo mi mirada abajo, respiro profundo, intentando no entrar en pánico.

Siento como alguien se sienta a mi lado y me tenso. Mantengo la mirada baja, mi respiración se acelera un poco.

-Una chica tan linda y joven, no debería estar sola por aquí.- susurra la voz de ese hombre.

No me atrevo ni a contestarle, ni a mirarlo.

El se ríe, siento como se acerca más a mi.

-¿Que pasa pequeña?¿Te comió la lengua el ratón?- pregunta en un tono juguetón.

Cierro mis ojos con fuerza, mi respiración se acelera un poco más y siento como mis manos tiemblan.

-Oh, pequeña no está bien no responderle a tus mayores.- susurra El sujeto en mi oído.

Quedó en blanco, no me muevo, mis ojos se abren y ven el firmamento. Solo eso. Mis manos sudan, aprieto mi mochila más a mi. Pero siento que no puedo hacer más nada, no puedo levantarme y patearlo como me lo pidió Anthony. El está muy cerca, siento su respiración en mi oído y eso me pone más nerviosa.

En ese momento escucho las llantas de un auto, y lo veo detenerse frente a mi.

-Alejate de ella.- escucho la voz de Anthony, calmada pero firme.

El hombre se aleja de mí. Anthony termina de acercarse a mi, me levanta y me lleva a su auto.

Cuando subimos, Anthony avanza y sale de allí. Yo sigo viendo mis piernas aun en shock.

Y una pequeña voz en mi mente hace que me sienta peor.

«Eres patética»

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Creo que el cap es muy largo... Pero me da igual.

Hola otra vez. Voy a publicar un poco, más seguido, no se que tan seguido pero, allí voy viendo.

Espero les guste el cap.

Au Revoir 👋🏽

Crónicas del Engaño: Susurros De Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora