Crónicas del Engaño: Susurros De Traición.

Capitulo 1.

Las creencias, no son más que la necesidad del ser humano, para sentirse seguro de su propia existencia.

-Anonimo.

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-Morgan, sino tienes hambre, cuenta conmigo. Yo te ayudaré.- dice Aless con dramatismo, llevando sus manos al pecho.

-Aless, déjala. Hombre, eres un pobre hambriento.- lo regaña Manuel.

Me río, ellos siempre hacen esto, siempre que están juntos, se pelean. Pero no pueden dejar de estar juntos, cuando lo intentan, es como si un imán los juntara otra vez...

-Oye, es por caridad, ¿Si? Ya no tiene hambre, y no le importaría si me lo como yo.- se explica.

-No le hagas caso, no dejes que te robe la comida.- Manuel se dirige a mi está vez.

-Miren quien habla, ¿No eres tú el que va a mi casa para "hacer un trabajo" solo para comerse la comida que hace mi madre?- pregunta Aless.

Ellos empiezan a discutir, como ya es de costumbre cada vez que Aless quiere mi comida y Manu, se lo impide. Y yo, solo puedo reir; es divertido verlos pelearse por cosas absurdas.

En ese preciso momento llegan Richard y Eliot. Se sientan con nosotros, mientras hablan de no se que chica. Yo (disimuladamente) busco a Anthony, pero no lo encuentro. Seguro se quedó hablando sobre algún trabajo.

Dios que ingenua eres.

-¿Se puede saber por qué estos dos están peleando ahora?- me pregunta Eliot, sacándome de mis pequeños pensamientos.

-Ah, Aless quiere mi comida y Manu, se lo está reprochando.- explico con brevedad.

Eliot los ve con cara de lastima, pero se que les tiene cariño. O eso parece. La verdad, yo también los veo así a veces, es que ellos parecen un viejo matrimonio. Por otro lado, Rich no espera a que le diga que se puede llevar mi comida, el solo agarra un tenedor de plástico, lo pincha en una papa y se la come.

-¡Oye! Se supone que eso era para mí.- reclama Aless.

Rich me ve a mi.

-¿Ibas a darle tu comida a ese idiota?- pregunta.

Yo solo me encojo de hombros. Es decir, se la iba a dar a Aless, pero Rich, fue más rápido.

-Claro que me la iba a dar, pero tú eres un jodido estúpido.- dice Aless enfurruñandose en su lugar.- Y me la robó.- susurra por último.

-Oh, el niño ya va a llorar.- se burla Eliot.

Eliot, Rich y Anthony. Son mayores que nosotros por un año. Aless, Manu y yo, tenemos la misma edad y cursamos el mismo año. Y estoy segura de que Rich, Eliot y Anthony, se sienten superiores.

-Tenemos que hablar seriamente de esto.- habla Manuel.- Se supone que es su comida, no pueden simplemente llegar, sentarse y quitarle la comida.- defiende su punto.- Es importante que una chica, que está en pleno desarrollo, se coma todas las comidas del día.- culmina.

-Si Einstein, ya entendimos tu punto.- Eliot rueda los ojos.

Manuel, tiene cierto nivel de sabiduría y de madurez, que no tienen Eliot, Richard y Aless. Es un chico muy inteligente, siempre tiene buenas ideas y siempre sabe que decir, así no sepa nada sobre el tema.

En ese momento, aparece Anthony. Lo veo caminar a lo lejos. Cómo camina, esa forma como si no le importara nada, con esa seguridad que lo caracteriza. Su pelo negro, piel blanca, sus ojos de color negro, sus labios color carmesí. Es perfecto. Pero no me pongo a babear por el. No al frente de los chicos.

Cuando llega con nosotros, se sienta al frente de Aless. Luego ve a Rich, que aún está comiendo, pasa su mirada de Rich, a Eliot que se burla de Aless y Manu, de Eliot a Aless que está con el ceño fruncido y enfurruñado, de Aless a Manu que está viendo a Eliot y Rich mientras niega con la cabeza, de Manu la termina poniendo en mi que bajo la mirada mientras juego con mis dedos, ignorando su presencia.

Quien te entiende.

-Dejeme adivinar, Aless quería tu comida,- empieza señalando a Aless y luego a mi, la atención de la mesa pasa a ser de el.- Manuel y Aless empezaron a pelear,- ahora señala a Manuel y Aless.- Eliot y Rich aparecieron,- señala a los mencionados.- Eliot te pregunto que le pasaba a esos dos,- vuelve a señalar a Manu y Aless.- tu le dijiste lo obvio,- me señala.- Rich te quito la comida,- lo señala.- Aless se molestó,- señala a Aless.- Eliot se burló de ti,- señala a Eliot y luego a Aless.- Tu diste unos de tus buenos argumentos,- señala Manuel, que sonríe, y susurra un «Por fin alguien que usa su cabeza para pensar».- Tu te burlaste de el,- señala a Eliot y luego a Manu.- Y tú no haz dicho nada.- termina señalando me a mi.

Pongo una mueca, cuando los cinco me miran. Me encojo un poco en mi lugar. Primero, porque no e hecho nada al respecto. Segundo, porque ellos son tan perfectos, y yo tan  imperfecta que duele. Y  de por si, ellos son muy intimidantes, y no importa que los conozca desde hace cinco años.

-Eh...- me pongo nerviosa, me aclaro la garganta y pienso en que explicacion voy a dar.- Yo... Mmm, no... no tenía más hambre.- digo con un poco de timidez.

Fue lo único que se te ocurrió. ¿En serio?

Rich, sonríe y sigue comiendo. Alessandro lo ve con recelo, Manuel con rabia, Eliot lo ve con diversión y Anthony con frustración.

-¿No habías comido ya?- le pregunta Alessandro a Richard, con tono molesto.

-Tu también comiste y aún así se la querías quitar.- responde, Rich se encoje de hombros restándole importancia.

Aless me ve a mi. Borro la sonrisa y tragó saliva.

-¿Quien de nosotros es tu favorito?- pregunta.

Eliot, Rich, Manuel y Anthony fruncen el ceño, y lo ven con cara de «¿Por qué eres tan infantil?» el me ve a mi, ignorando a los demás.

-¿Eh?- pregunto un poco confusa, por que, ¿Que le importa a el si tengo favoritismo o no?

-¿De nosotros cuál es tu favorito?- vuelve a preguntar.

-Entendí la pregunta, no soy estúpida.- lo veo mal.- me refiero a, ¿Por qué carajos haces la pregunta?- pregunto.

-Es obvio que tienes favoritismo, ¿Cuál es tu favorito?

-¿Todo esto es solo por unos cuantos pedazos de papa y me dió pedazo de carne?- pregunto viéndolo con mala cara.

-Responde.- ordena.

No me quejo. Tener amigos, tenerlos a ellos de amigos, está bien. No me gustaría estar sola en el instituto. Pero hay veces que son insoportables y esta es una de esas veces. ¿No sé pueden conformar con ser groseros? No, ellos tienen que hacer que me enoje mucho más.

-Ninguno. Todos son unos idiotas.- respondo levantándome.

Tomo mis cosas, salgo de la cafetería y voy directo a la biblioteca, a esperar que se acabe la hora de almuerzo.

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