6- Un día... Mejor?

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La noche había caído, y el pequeño departamento de Angel estaba en silencio. Kanna y Tohru, después de la cena, se habían retirado a descansar, dejando a Angel solo en la sala de estar. A pesar de que el día había terminado con un inesperado pero aceptado nuevo miembro en su vida, Angel no podía encontrar la paz necesaria para dormir.

Se recostó en su sofa, mirando al techo con los ojos entreabiertos, mientras su mente giraba en torno a un solo pensamiento: mañana tendría que hablar con Kobayashi. La idea lo llenaba de una incomodidad que no podía sacudirse. Sabía que debía disculparse por su comportamiento, por la manera en que había reaccionado ante ella, pero no podía evitar sentir un ligero temor al pensar en esa conversación.

Angel se dio cuenta de que este miedo no tenía sentido. Kobayashi era su amiga, alguien que siempre había estado ahí para él, y sabía que ella lo entendería si le explicaba lo que había pasado. Pero entonces, ¿por qué se sentía tan inquieto?

Tal vez, se decía a sí mismo, era porque había huido. Cuando la vio esperando con Takiya después del trabajo, no había sido capaz de enfrentarse a ella. Había elegido la puerta trasera, el camino más fácil, porque no quería ver la decepción o la preocupación en sus ojos. Esa elección, ese momento de debilidad, era lo que ahora no lo dejaba dormir.

Angel: ¿Por qué me siento así? -murmuró para sí mismo, mientras se giraba en la cama, intentando encontrar una posición cómoda.

El temor a la confrontación, a tener que explicar por qué había actuado de esa manera, lo consumía. No sabía cómo reaccionaría Kobayashi, y ese pensamiento lo atormentaba. El orgullo, mezclado con la vergüenza, formaba una barrera en su mente que no podía superar.

La noche avanzaba lentamente, y Angel sentía cómo el sueño lo eludía. Cada vez que cerraba los ojos, la imagen de Kobayashi y Takiya esperándolo en la puerta volvía a su mente, un recordatorio de lo que había evitado. La culpa lo carcomía, pero al mismo tiempo, el miedo a la vulnerabilidad lo mantenía atrapado en un círculo vicioso.

Finalmente, Angel decidió que no podía seguir así. Sabía que, si quería encontrar paz, tendría que enfrentarse a sus miedos. Mañana, hablaría con Kobayashi. Le explicaría lo que había pasado, pediría disculpas si era necesario, pero sobre todo, intentaría dejar atrás esa sensación de culpa que lo atormentaba.

Angel: Tengo que hacerlo... -se dijo, con una determinación renovada, aunque su voz sonaba más a una súplica que a una afirmación.

Y con esa resolución, Angel cerró los ojos una vez más, esperando que, al menos por esta noche, pudiera encontrar un poco de descanso. Sabía que el día siguiente no sería fácil, pero al menos estaba decidido a enfrentar lo que viniera, sin huir como lo había hecho antes.

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Horas después

La mañana siguiente llegó demasiado pronto para Angel. Sentía cada músculo de su cuerpo pesado, como si estuviera hecho de plomo. Le costaba levantarse, pero sabía que no tenía opción. Debía seguir adelante, aunque no supiera exactamente por quién o para qué. La noche anterior había sido larga, sin descanso, y ahora tenía que enfrentarse a la realidad de lo que había dejado sin resolver en el trabajo.

Mientras se incorporaba lentamente del sofá en el que había dormido, Angel sintió el dolor en su espalda y en su cuello, resultado de una noche más en una superficie incómoda. Había cedido su habitación a Tohru, dándole cierta privacidad, pero eso significaba que él estaba relegado al sofá, un lugar que apenas le permitía descansar.

𝑂𝑟𝑑𝑖𝑛𝑎𝑟𝑦 𝐿𝑖𝑓𝑒.     [𝑫𝒓𝒂𝒈𝒐́𝒏 𝒎𝒂𝒊𝒅 𝒇𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora