Los días avanzaban, y aunque la carga de responsabilidades seguía siendo pesada, Angel había logrado adaptarse modestamente. Era tolerable, aunque no dejaba de ser agotador. Pero el ritmo de su vida, ahora acompañado por Tohru y Kanna, le daba algo de estabilidad, una rutina que lo mantenía enfocado. Aunque, a veces, esa misma rutina lo hacía preguntarse cuándo todo volvería a cambiar.
En uno de esos días de descanso, Angel se encontraba en casa, disfrutando de un momento de tranquilidad. Tohru había salido a hacer algunas compras, y Kanna estaba concentrada en su tarea escolar. Angel solía ayudarla, pero solo cuando ella se lo pedía. Sabía que dejarla hacer las cosas por su cuenta era parte del proceso de aprendizaje, y aunque a veces era difícil resistirse a intervenir, sabía que era lo mejor. Así que, sentado en la mesa, la observaba de reojo, asegurándose de que todo estuviera en orden.
Mientras tanto, Fafnir estaba en el sofá, observando con su habitual mirada fría lo que ocurría en la casa, su atención dividida entre Kanna y cualquier cosa que pudiera parecerle interesante. A pesar de su actitud distante, había algo de curiosidad en cómo Fafnir veía el día a día de los humanos, aunque nunca lo expresara abiertamente.
Por otro lado, Lucoa se encontraba sentada a la mesa con Angel, disfrutando de una taza de té que él mismo había preparado para ella. Lucoa, siempre con su energía despreocupada, bebía el té con una sonrisa mientras miraba a Angel. Habían estado conversando de manera tranquila, aunque para Angel, ella seguía siendo un enigma. Pese a su actitud relajada, Lucoa era sorprendentemente atenta, lo que lo desconcertaba. Parecía tener un entendimiento profundo de las cosas, y a veces Angel sentía que lo observaba con más atención de la que estaba acostumbrado.
Lucoa: Tienes una mano suave para hacer té, Angel. -comentó, sonriendo mientras tomaba otro sorbo. Siempre es agradable visitarte.
Angel, sentado frente a ella, asintió con una sonrisa leve. Aún no estaba completamente acostumbrado a tener a Lucoa y los demás en su casa con tanta frecuencia, pero, de alguna manera, había aprendido a aceptarlo.
Angel: Me alegra que te guste. Aunque no tengo muchas cosas, trato de hacer lo mejor que puedo.
Lucoa lo miró con esa calma habitual, pero había algo en su mirada que lo hacía sentir como si ella estuviera viendo más allá de las palabras.
Lucoa: Haces mucho más de lo que crees. -dijo en tono suave, como si intentara transmitirle algo más profundo con esas palabras.
Angel no sabía cómo responder a eso. ¿Mucho más de lo que cree?, Esa afirmación resonaba en su mente. Para él, solo estaba haciendo lo que podía, manteniendo todo en pie. Sin embargo, no podía evitar sentir que, de alguna manera, estaba siendo observado por Lucoa de una forma que lo incomodaba ligeramente. No porque fuera desagradable, sino porque no estaba acostumbrado a que alguien prestara tanta atención a sus esfuerzos.
Lucoa: Es raro, ¿no? Cómo cambian las cosas tan rápido. Ahora tienes una casa llena de vida, cuando antes era solo silencio. -continuó, dejando la taza de té sobre la mesa. Debe ser difícil a veces.
Angel, sin querer profundizar en el tema, sonrió débilmente.
Angel: Supongo que sí. Pero... está bien. Me las arreglo.
El silencio se instaló brevemente entre ellos, roto solo por los sonidos de Kanna concentrada en su tarea y el ocasional cambio de posición de Fafnir en el sofá. Angel sabía que algo en él había cambiado desde que Tohru y Kanna llegaron a su vida, pero aún no podía entender del todo lo que significaba.
Fafnir, sin dejar de observar a Kanna, lanzó un comentario que sorprendió a Angel.
Fafnir: Esta casa es extrañamente tranquila, considerando quiénes viven aquí.
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𝑂𝑟𝑑𝑖𝑛𝑎𝑟𝑦 𝐿𝑖𝑓𝑒. [𝑫𝒓𝒂𝒈𝒐́𝒏 𝒎𝒂𝒊𝒅 𝒇𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄]
FanfictionAngel o también nombrado como Tenshi, es un joven programador atrapado en la monotonía de su vida diaria, trabajando en una empresa donde sus únicas conexiones son sus compañeros Kobayashi y Takiya. Su rutina es predecible y su vida personal es prác...