Decir que no sentía nada era mentir.
Había presenciado como su padre y Rhaenyra se unían, sin poder objetar. Había visto la sonrisa tanto de la princesa como de su padre y solo pudo pensar que ellos realmente se querían. Pasó toda la unión mordiendo y apretando sus labios para no decir nada que pudiera lastimar a alguien, además de sostener la mano de su hermana Baela en todo momento. Los tres hijos de Rhaenyra estaban presentes, los había visto de reojo a los tres en toda la ceremonia, tratando de averiguar que sentían o que pensaban sobre esa unión.
No le caía mal Rhaenyra, cree fielmente que podrían incluso llevarse bien, pero casarse con su padre días después que tanto su madre y su tío murieran no era lo indicado.
En ese momento ya había anochecido, como los días anteriores Baela se encontraba con él hablando de cualquier cosa que se le viniera a la mente.
-Me gustaría cortarme el cabello.- comentó la niña, notando como su hermano la veía curioso- Lo quiero corto.
-¿Qué tan corto?- cuestionó el niño.
-Hasta... acá.- dijo, señalando sobre sus hombros- Me gustaría que no me estorbe al momento que lucho o practico con mi espada.
-Creo que te quedaría bien.- dijo el menor, dedicándole una sonrisa- ¿Sabes? Yo quiero cambiarme el color de cabello.
Ahora la reacción era contraria, la curiosidad se había apoderado de la niña- ¿De qué color?
-Me gustaría un negro, pero ese color no se con que se puede lograr, así que tal vez un castaño oscuro.
Se escuchó la risa de su hermana- ¿Quieres parecerte a la abuela?
El menor se rio- Efectivamente, hermana mía.- dijo, guiñándole un ojo.
No tendría que saber que también extrañaba su cabello negro.
La mayor solo negaba mientras sonreía- ¿Cómo lograrás el color?
-Eh... no se, tal vez con café o té negro, incluso puedo ir donde alguna bruja a que lo cambie de color.
La mayor soltó una risa- Estas loco, hermano.
-Pasar mucho tiempo contigo tiene que afectar de alguna manera.- dijo, viendo como su hermana lo veía ofendida.
-¿Sabes qué?- dijo, todavía ofendida, pero completamente convencida de lo que haría- Probemos de una vez eso en tu cabello y cortamos el mío, que sea como una despedida.
-Y luego yo soy el loco.
-¡Vamos! ¿Qué tendremos para lamentar?- dijo la mayor, sonriendo ya emocionada, tomando la mano de su hermano con dirección a la cocina del castillo- De todos modos, tal vez mañana venga nuestra abuela, tendremos que impresionar a todos.
El menor solo se rio mientras negaba, dejándose llevar por la mayor.
Varios guardias veían como dos niños de seis años pasaban por varios pasillos sin tomarles importancia, parecían haber hecho un travesura por la sonrisa que cargaban, pero comunicándose entre sí quedaron en no hacer nada, dejando que los niños sean libres por un rato.
-Reggie- habló la mayor, dirigiéndose al chico que tenía entrelazado un brazo con el de ella- ¿Qué te parece de entrenar mañana temprano? Como los viejos tiempos.
-Me parece bien, ¿Estás lista para perder?
-El que perderá será otro, estúpido.- dijo la niña, ocasionando una fuerte risa en el niño.
Rápidamente llegaron a lo que se suponían que era la cocina, se veían doncellas entrar y salir de ahí sin prestarles ni un gramo de atención.
-Bueno, hermana.- comenzó el menor, ganándose una mirada curiosa de la niña- Es hora de demostrar que tan buenos somos actuando.-dijo, ganándose una sonrisa cómplice de la niña, comenzando a caminar hacia una doncella.
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THE PROPHECY OF THE BLACK DRAGON'S BLOOD || HOTD & HARRY POTTER
Fiksi PenggemarLas vidas de muchos colgando en las manos de un joven mago. Un trato con una diosa. Una profecía que cumplir. Secretos que ocultar. -Me parezco a Narcissa.- Comenta a nadie en específico el niño de tres años, mientras se observaba al espejo. -¿Quié...