29

477 91 27
                                    







La veracidad de las historias de antaño fueron la ley de los salvajes desde los tiempos de la luna pura, aquel tiempo en el que las manadas eran regidas por el salvajismo y la brutalidad, donde los omegas rara vez podían alzar la voz y tener un pensamiento propio, entonces los omegas hechiceros hicieron valer sus derechos como seres igual de poderosos que los alfas, con milagros o maldiciones,  bendecidos por la luna o aliados con el demonio  lobo traidor, que en el infierno sangriento gobierna con artimañas rastreras, odiados o amados, pero respetados.

Changbin no podía creer que las viejas historias eran realmente verdaderas, sin embargo, ante él se encontraba la criatura más infernal que alguna vez conocería, la sangre maldita con ese olor delicioso que tentaría hasta el alfa más leal a sus sentimientos. Seo Changbin tenía a alguien en la frontera de Seúl, una bella omega que le espera con el vientre lleno de cachorros, sin embargo la belleza dorada con piel pálida y estrellas en las mejillas que dormía sobre esa cama de nubes estaba arrastrando al alfa Seo a límite de la razón, la noche anterior no estaba pensando con claridad, ilusamente pensó que este omega necesitaba consuelo y su raíz protectora casi lo obligó a cuidarlo, tarde se dio cuenta de que había sido seducido por la maldad.

Salió tan rápido como pudo de la habitación a la que el omega platino lo había llevado para pasar la noche, había dormido en el inesperadamente cómodo sillón junto al alféizar tratando de no mirar demasiado a la cama, apresuró su paso fuera de la habitación,  no quería estar cerca de ese omega demoníaco, sigilosamente se movió por los pasillos buscando el olor conocido del omega Seungmin, sin pensarlo dos veces siguió el rastro hasta una  habitación donde encontró al omega platino despierto preparando lo que parecía un té venenoso.

—¿Te ocurre algo? —Seungmin preguntó, —te dije que iría por ti para llevarte con los líderes.

Seo se acercó al mesón largo al fondo de la gran habitación del omega, con la mirada en los frascos sobre la madera, dijo:  —el omega de anoche, es un demonio.

Seungmin lo miró unos segundos con seriedad antes de soltarse a reir toscamente, —qué dices hombre, Felix es probablemente hijo de algún hechicero pero no es acertado llamarlo demonio.

Changbin gruñó en advertencia por su burla, —lo es, lo juro, no hay forma de que yo deseara pasar la noche con él cuando mi alma me espera en la frontera, lleva a mis cachorros en su vientre-

—Deseo pasional es lo que sientes alfa ignorante, calor, atracción , necesidad de carne, Felix es hermoso, una belleza exótica, si yo pudiera devoraría esa boca arrogante que tiene, —Changbin lo miraba con disgusto, Seungmin reía, —no soy mojigato, omegas y alfas me han gustado desde siempre y sé apreciar la belleza.

—Yo amo a alguien, —decía Seo cómo si eso fuera la respuesta a todo.

Seungmin suspiró, —por alfas como tú que juraban que desear a alguien hermoso era solo causa de un ente maligno es que la mayoría de los hechiceros omega fueron sentenciados a muerte o arrestados, deja de creer todo lo que las historias de antaño dicen, la mitad es mentira y la otra mitad… discutible.

—¡¿No dijiste que trató de matarte?! —casi gritó exaltado.

El omega platino se encogió de hombros, —ciertamente no fue intencional, su presencia y poder sin control me provocó la fiebre, pero él solo fue el detonante, mis amoríos con el heredero Bang y mis deseos por cuidad de mi amo Jisung son lo que realmente me tenía en tensión.

El alfa Seo sonrió, —la tribu de tu madre siempre fue mi favorita, lujuriosas bestias me atacaban cada que iba. —Bruscamente decidió cambiar el tema, nunca podía ganarle a Seungmin si discutía y lo menos que necesitaba es darle la razón de si el omega rubio es o no un demonio.

❥ Inefable: Quédate Conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora