︵‿0‿︵

15 3 0
                                    

︵‿0‿︵

La luna brilla e ilumina el bosque tupido de árboles frondosos. El viento sopla, pero no lo suficiente como para colarse entre la arboleda que cubre a ese grupo de personas.

Con movimientos cortos y dolor en su pelvis, una mujer con una abultada barriga se sienta junto a su esposo. Frunce el rostro en dolor, las contracciones están acrecentándose indicando que el bebé está por nacer.

—Recuéstate, mujer, tiene que salir la ofrenda.

Diez personas rodean una fogata, cantan un mantra en una lengua romance mientras tienen los ojos cerrados y se toman de las manos.

—Saca al bebé —habla otra.

Asustada, pero con sus creencias más certeras que nunca, la mujer gestante se recuesta en el pasto, alza sus vestiduras blancas de lino y separa las piernas.

Al enseñar su desnudez, el dibujo de una cruz se muestra sobre el abdomen globoso.

—Puja, tienes que parirlo antes de que la luna deje el cenit, Min Jiae —ordena otra de las mujeres entretanto sujeta a junto a otra las manos de Jiae.

Con lágrimas atravesándole el rostro, piernas temblorosas y manos aferradas al pasto, comienza a pujar. Solloza al sentir el encajamiento del bebé en el interior de sus carnes.

—Rápido, Jiae, necesitamos un sacrificio listo para el rey Baphomet.

Min Jiae es una madre primeriza, muy joven, embarazada a la fuerza por Yi Yung, el rey actual de la dinastía Joseon, el cual observa el ritual desde lo lejos.

Los caballos salvajes relinchan y la luna se posiciona resplandeciente en el firmamento oscuro. Llamaradas se elevan metros de altura y el aquelarre se vuelve ruidoso y desorganizado.

El corazón de Jiae late acelerado y se siente morir, libera un grito adolorido y el alumbramiento se da. Un bebé pequeño, cubierto en sangre y tembloroso se muestra y es capturado por una manta fría y alejado de la madre.

Jiae se marea y con mirada borrosa le ve. Una imagen humanoide se muestra entre las llamadas alteradas de la fogata. Aterrada observa como esa figura comienza a materializarse hasta convertirse en una quimera con pezuñas, cuerpo humano y rostro de cabra.

Un macho cabrío.

Las pezuñas de ese ser rozan la tierra y se desplaza hasta la mujer que sostiene al recién nacido. Jiae se arrastra horrorizada por la presencia sobrenatural, intenta huir, pero sabe que ese demonio no va por ella.

El bebé llora agudo al caer en las manos negruzcas del macho cabrío. El resto de mujeres se desplazan de un lado a otro mientras continúan con sus cánticos en lenguas arcaicas. Lo último que Min Jiae observa es a su hijo ser devorado vivo por ese macho cabrío.

El ritual ha terminado llevándose consigo la vida del vástago indefenso e inocente.

︵‿⛧‿︵


Cubiertos de Iridiscencia «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora