Cubiertos de Iridiscencia «Yoonmin»

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Jimin ha escuchado bufar en tres ocasiones a Yoongi, el cual se encuentra sentado ocupando casi toda su cama, mirándolo con desdén desde que contestó la llamada de Choi Dohyun, aceptando una cita para esa tarde.

Yoongi no puede creer que su humano haya aceptado, está en total desacuerdo, sobre todo con la parte de que Jimin le prohibió estrictamente seguirlo.

-¿Por qué haces eso con tus ojos? -pregunta curioso, ha visto a Jimin arreglarse nerviosamente desde mediodía, es obvio que está ansioso por la cita-. ¿Es maquillaje?

-Eh... sí -quita el espejo de su rostro y ve al demonio. Muestra sus párpados con una leve sombra chocolate.

-Oh, por Belcebú, es imposible que no cojas hoy -dice mortificado después de ver lo bello que luce su humano de pies a cabeza.

-¿Gracias?... -termina de difuminar la sombra en sus ojos y el rostro afligido del demonio se muestra ante él.

-Y... ¿a dónde irán? -pregunta fingiendo desinterés, comienza a flotar por la estancia, observando el atuendo holgado, pero coqueto de Jimin.

-No me dijo, supongo que a un restaurante.

-Mmm...

-¿Qué?

-Nada.

Jimin peina su cabello, intentado que las ligeras ondas que hizo se mantengan con crema para peinar y fijador. Yoongi está comiendo esos pequeños panecitos que Jimin le ofreció ayer, descubrió que saben deliciosos y que Jimin prefiere unas frituras picantes. Hace mucho no probaba algo tan apetitoso.

Su humano no come mucho dulce.

Este pan relleno de nata me recuerda a ti, Jimin, le dijo esta mañana mientras comía, así tuvieras el trasero si hubieras aceptado mi satisfacción. Yoongi recibió un almohadazo en los cuernos por ese comentario soez que mantuvo sonrojado a Jimin durante casi una hora.

-Y... ¿ese hombre te gusta? -habla después de beber un poco de matcha, bebida que también le ofreció Jimin.

-No, es muy amable conmigo y por eso acepté.

Bien, definitivamente hay un interés, piensa mientras sorbe molesto de la pajilla.

Jimin bebe un poco de su bebida de caramelo.

-¿Pero te puede gustar, no? -usa ese mismo tinte desinteresado que hace sonreír a Jimin.

-No lo sé, Yoongi, deja de preguntar esas cosas.

-Quiero saber si estás terminando conmigo o si esto se consideran cuernos.

Jimin ríe por lo exagerado que es el demonio. Yoongi considera una traición los actos de su humano, si se hubieran conocido hace doscientos años, todo habría sido muy distinto.

-No estamos en una relación, así que no hay mucho que terminar, y cuernos... ya los tienes -dice riendo y terminando de perfumarse.

-Eres muy gracioso -habla molesto.

-Mira el lado bueno, si funciona todo con Dohyun, serás liberado de mí.

Yoongi piensa en eso, es cierto, pero le es imposible que su ego no se vea afectado por el rechazo de un simple humano por otro simple humano. Nunca le ha pasado eso.

-Lo sé.

Jimin acomoda su ropa con nerviosismo sintiendo la mirada del demonio clavada en su espalda.

-Te ves muy bien -dice serio y sin muchos ánimos, muerde otro de los panes y juega con el relleno. Está tan necesitado que incluso se lograría excitar con un pan.