EL RÍO DE MIS ANHELOS Destino:La Historia de Alberto Parte 1

Capítulo IV EL PRIMERO, EL SEGUNDO Y EL TERCERO

Tenía a Arturo enfrente de mí, serio, sin expresión alguna, pensé que se iría y me dejaría ahí.

-Pensé que no querías hablar conmigo. -Un destello que reflejaba desilusión apareció en sus ojos. -Vi a Gaby hace un rato y me dijo que estabas aquí, en este momento iba a intentar hablar contigo.

Arturo no estaba enojado, pero no sonreía como siempre, y se esforzaba para suprimir un suspiro cada vez que intentaba hablar, tenía la mirada hacia abajo, no me miraba a los ojos como antes.

-Yo pensé eso de ti, y estaría bien si no quisieras hablar conmigo, han pasado muchas cosas, pero primero quería disculparme por haberte tratado tan mal ayer, hice un alboroto enorme por algo que es verdad, pero no quería que supieras que era gay porque quizá te burlarías de mi o la amistad que comenzaba a haber entre nosotros se acabaría...

-No tienes que explicarme nada más. -Arturo me interrumpió poniendo su mano sobre mi hombro. -Yo tuve la culpa y soy yo quién te tiene que explicar lo que pasó, por favor, perdóname, tuve un mal entendido y pensé que sabias que yo era gay, por eso fue natural para mi actuar así.

-No, yo no tenía ni idea de que eras gay, me exalté demasiado, te pido que me perdones, fui muy grosero contigo.

-No importa, como te digo, yo tuve la culpa, supongo que yo habría actuado igual en tu lugar. -No, el jamás podría ser tan salvaje como lo fui yo, él era gentil con todo el mundo, incluso ahora conmigo, el me justificaba. Tomó un respiro y dijo. - Mira, desde que tengo 14 años yo he vivido abiertamente mi homosexualidad con mis hermanos, mi papa, toda mi familia y amigos, no me puse en tu lugar, no consideré que para los demás una situación así sería más difícil que lo que fue para mí. Siempre he pensado que la única forma de saber algo de alguien es preguntándoselo a la propia persona, no juzgarla por lo que hace o como se viste, es mejor ser sinceros y directos. Pero a ti no te pregunte y fue un error. Así que, de verdad, discúlpame tu a mí.

-Entonces, ¿No estás enojado? ¿No tienes problema con lo que pasó?

-No, para nada, todo está olvidado. ¿Tú tampoco estás enojado verdad?

-No, por supuesto que no, estaba muriendo de vergüenza, no ha sido fácil para mí, no estaba listo para decirle al mundo que me gustan los hombres, nunca se lo había dicho a nadie, no quería que nadie lo supiera, pero...por ti he decidido que ya no lo voy a ocultar.

Su mirada cambió, estaba asombrado.

- ¿Por mí? ¿Qué es lo que quieres decir?

-Mira Arturo, te lo diré, y con esto me arriesgo a que como te dije, nuestra amistad se ponga en peligro, sin embargo, no quiero seguir con mentiras, me gustas Arturo, desde que te vi el día de las inscripciones no dejo de pensar en ti, te veo en todos mis sueños, al cerrar los ojos o simplemente al ver algo que me recuerde a ti, me haces sentir feliz, me siento muy bien cuando estoy contigo, me gusta estar contigo, me gustas mucho. Ya sé que piensas que estoy loco...-Comencé a temblar, quería salir corriendo de ahí a punto de llorar por perder la amistad de Arturo.

-Tranquilo, no tiembles, no tengas miedo, yo tampoco he podido dejar de pensar en ti, la razón por la que me comporté tan abiertamente contigo, por lo que no paro de sonreír cuando estoy contigo y porque quise que fueras a mi casa, era para estar más tiempo juntos, en el primer momento en el que te vi formado en la fila sentí algo muy fuerte entre nosotros, oír tu voz y estar cerca de ti hizo que algo apareciera en mi pecho...era una sensación cálida, tranquila, que me hizo sentir bien y acomodo mis sentimientos, era algo que no había sentido en mucho tiempo, algo adictivo, por eso quise estar cerca de ti tan pronto como fuera posible, y cada vez que estaba contigo me sentía mejor, más completo y feliz, supe entonces que no sólo me habías gustado sino que había comenzado a sentirte siempre en mi corazón, en un segundo te has vuelto tan importante para mí, estoy completamente enamorado de ti, te amo con todo mi corazón Alberto.