~ Un trato.

715 87 4
                                    

Cadenas de oro

— ¿Realmente deseas volver?— suspiro pesado.

— Si, señor.— tomó asiento en el suelo, respondiendo casi de forma automática.

— ¿Qué estarías dispuesto a darme, a cambio de que sea yo quien te ayude?— soltó sin previo aviso, consiguiendo que los ojos azules de Satoru se posaran sobre su figura.

Sin duda había conseguido llamar su atención.

— ¿Disculpe?— creía haber oído mal.

— ¿Estarías dispuesto a casarte conmigo y quedarte a mi lado después de recuperar tu honor y fortuna?— continuó hablando como si no fuese la gran cosa.

— Por supuesto que no.— fue directo, respondiendo de forma inmediata.

Si bien sabía que Nanami lo había traicionado, su corazón aun no se hacía a la idea de perderlo.
No después de haber vivido tantas experiencias juntos, con las que habría jurado que el amor era verdadero entre ellos.

Lo que Yūji le pedía parecía simplemente ridículo.

— Bien, no insistiré.— se alejó, dándole la espalda.— Pero recuerda esto...— dijo.— si en verdad quieres acercarte, solo no conseguirás nada, mientras que yo tengo a mi disposición todo lo que mecesitas para lograrlo.— sonaba a chantaje, aunque Yūji no lo decía con esa intención.

— Yo aun necesito pensarlo.— sabía que el peli rosa tenía razón.

— De acuerdo, te daré un par de días para considerarlo... después de eso cerrare mi oferta y seguiré tratándote como a un vil esclavo.— salió de ahí sin decir más.

A Yūji no le importaba si Satoru era el líder más poderoso del país, pues al verlo tan deprimido y desanimado sólo le producía lastima. Y si él no hacía nada para resolver su problema, entonces Yūji tampoco metería las manos a la fuerza para sacarlo del abismo en el que se estaba hundiendo.

En la soledad de su habitación, el Alpha peli blanco consideraba seriamente la propuesta.
Reaccionando de inmediato.

— ¡Espere!— gritó con todas sus fuerzas, levantándose del suelo para ir detrás suyo.

— ¿Podrías bajar la voz?— se molestó un poco por el alboroto en la tranquilidad de su hogar.— Puedo escucharte perfectamente desde donde estas.— Yūji volteo a verlo por unos segundos.

Pensaba salir de casa en ese momento, creyendo que sería lo mejor por un par de horas para no presionarlo.

— Lo siento, pero...— dudó un poco.— quería decirle de inmediato que aceptó su propuesta.— desvío la mirada hacía el suelo.

— ¿Qué?— se sorprendió, aquello le tomó por sorpresa.

— Solo no llegaré a ningún lado, aunque, si me presta las armas necesarias, yo cedere por completo a todos sus deseos, sin volver a oponerme... sin importar que sea.— se estaba jugando el todo por el todo.

— Vaya, eso si que fue rápido.— sonreía.— Por un momento pensé que te negarías.— confesó.— Siendo honesto me da igual, pero, si realmente estas decidido a luchar, cuesta conmigo.— dijo, acomodando sus ropas.

— ¿Lo dice en serio?— le miró.

— Yo nunca bromeó.— fue directo.— Pero, si hay algunos detalles que me gustaría aclarar antes de planear un movimiento, así que espera hasta que vuelva más tarde y así podremos hablar claramente.— dijo, antes de abrir la puerta.

Cadenas de oro [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora