~ Una problema médico.

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Cadenas de oro

- ¿Yūji, de dónde sacaste a ese Alpha?- preguntó, apenas su llamada fue respondida al otro lado.

- Shoko, vaya sorpresa... estaba a punto de irme a la cama.- bromeó, estando aun en su oficina.

Sin nada que hacer y con el sexø prohibido, Yūji no encontré nada mejor que organizar todos sus documentos, así como de limpiar un poco las cosas antiguas que su madre guardaba en ese lugar.

- ¿Tienes idea de quien es la persona con la que te estas relacionando?- volvió a decir, manteniendo su tono serio pues no le parecía una buena broma.

- ¿A qué se debe tanto alboroto?- al no recibir una risa por parte de la contraria gracias a su broma, el rosado se molesto un poco.- ¿Acaso hay algo malo con el tonto?- cuestionó, creyendo que de eso se trataba.

- Dime... ¿Consume drøgas?- sería directa.

- Por supuesto que no.- lo sabía.- Cuido perfectamente todo lo que come, no sale sin supervisión y a mí casa no entran... yo sólo la transportó, no la utilizo.- respondió.- No me digas que...- se interrumpió su hablar.

- Encontré anomalías, creí que se trataba de algún error, pero, repetí las pruebas varias veces y siempre arroja el mismo resultado.- comentó.- Hay rastros en su sangre y por lo que veo, parece que son del tipo sedante.- ya que la muestra no era muy grande, la precisión variaba un poco.- No sabría decirte con exactitud de cuál se trata, así que te lo vuelvo a preguntar... ¿De dónde salió ese Alpha?- no le parecía bien.

Sabiendo que Yūji a veces era muy impulsivo, justo como su madre.

- Ah bueno.- el menor no tuvo más opción que decirle la verdad a la mujer.

- Así que visitaste el mercado de êsclavøs en el mercado negrø.- guardó silencio unos segundos.- Eso podría explicar la condición en la que llegó contigo, actuando de forma tan dócil según tus palabras.- pensó un momento.- Quizá utilizaban algún tipo de drøga para mantenerlos bajo control, si es que se trata de personas que han sido vendidas incluso por sus propios familiares.- conocía bien en negocio, había tenido la oportunidad de apreciarlo muy de cerca.

Yūji únicamente le mencionó la primera parte, ocultando que el chico venía de buena familia... ya que no deseaba dar más explicaciones a la mujer.

- ¿Entonces, su problema de infertilidad puede ser por eso?- volvió al tema inicial.

- Es muy probable que la droga haya afectado, si es que esos animales la usaban en grandes cantidades y sin medir el riesgo.- supuso.- Me gustaría que lo trajeras conmigo para analizar detalladamente su caso, si fue por poco tiempo, quizá encontremos alguna manera de solucionar el problema.- dijo, recordando que Yūji quería especialmente los hijos de ese macho.

Según la llamada que recibió aquella noche, antes de conocer a Satoru.

- Entiendo, lo llevaré personalmente en cuanto tenga la oportunidad.- mencionó.

- ¿No puedes hacer un espacio en tu agenda para mañana?- se molestó, creyendo que no le importaba la salud de menor.- Podría estar en riesgo.- soltó.

- No es por mí, Satoru no está en casa.- contó.- Lo mande a resolver un asunto pendiente y le tomara algunos días volver.- mintió un poco, guardando así el secreto.

Esa misma tarde, Gojō le pidió permiso para salir y buscar a Nanami, ya que no deseaba perder más tiempo, a lo cual Yūji accedió, listo para disfrutar de lo que estaba a punto de suceder.

- De acuerdo, pero no olvides traerlo en cuanto tengas la oportunidad...- continuó hablando, no obstante, el Omega peli rosa dejó de oír sus palabras al ver que su Alpha aparecía de la nada.

- Lo siento, tengo algo que atender... te llamaré luego.- apenas logró despedirse terminó la llamada, antes de ponerse en pie para acercarse a Satoru.

Quien se veía perdido en sus pensamientos, caminando lentamente en dirección al mayor, quien lo detuvo al sostener su rostro con delicadeza.

- Realmente me traicionó.- susurró con una voz fría.

- ¿Qué fue lo que sucedió?- preguntó, ya que no planeaba tenerlo de vuelta tan rápido.

- Dijo no estar con ellos, negó absolutamente todo y mintió alegando que aun me estaba buscando.- habló.- Pero, dentro de su escondite estaba toda la evidencia.- sus ojos se cerraron por un momento, estaba cansado y su Alpha sentía un gran dolor.

El Omega al que amo gran parte de su vida y la persona a la que le pertenecía realmente su alma y corazón, le había dado el golpe más letal de todos, únicamente para conseguir unos cuantos pesos.
No sólo estaba triste y enojado, su decepción y rencor era tan grande, que por un momento su cerebro se bloqueo, pensando una y otra vez con Yūji.

Antes de romper definitivamente la marca que lo unía a Nanami.

- Que descaro.- se puso de su lado.

- Encontré grandes cantidades de dinero escondido por todas partes, había cartas y mensajes con los que se comunicaba con Ijichi.- continuó.- Direcciones de mis otras propiedades, contraseñas, y ropa de algún bastardo... todo estaba ahí.- no pudo más, dejó caer su cabeza sobre el hombro del peli rosa.

Quien rápidamente lo abrazó.

- Maldito.- siguió con su farsa, cuando internamente se reía burlonamente.

Todo su plan había salido a la perfección, pidiendo que Inumaki, su más hábil sirviente, se infiltrara en la casa de Nanami, mientras este último no se encontraba... sembrando detalladamente cada una de las pruebas.

Y ahora, Satoru no sólo creía que su destinado le había sido infiel con otro, sino que además, podía sentir perfectamente que la marca que Gojō mantenía sobre Nanami ya no existía.

En el fondo de su corazón ya no existía más que rencor hacia el Omega rubio y Yūji, lo que ponía todas las cartas a su favor, pues dentro de su mente ya no había espacio para nadie más que él.

Esa noche, Itadori le permitió al peli blanco dormir en su habitación, abrazados cálidamente para brindarle un poco de calor en ese momento de debilidad, abriéndose paso lentamente hacía él.


~ Rody. ☬

Cadenas de oro [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora