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Después de pasar por un difícil divorcio que te dejo en la banca rota y comenzando desde 0, trabajando de camionera para una empresa bastante cuestionable, tu vida se volvió muy difícil.
Pero no todo es tan malo, t...
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La ceremonia fúnebre acababa de terminar, como dispone la tradición del Reino de Pomefiore todos los miembros de la consejo, corte, nobleza y realeza extranjera que fueron a dar su apoyo ya salieron de la capilla del palacio para dirigirse sobrio y lúgubre desfile al camposanto donde reposarán eternamente los restos mortales de la reina _____ Schoenheit.
Y como dicta la ceremonia, los últimos en salir de la capilla eran la familia y amigos cercanos de la difunta, para que se despidan de forma más amena y privada, pero el salón se quedó casi vacío, ya que la pobre reina no tenía familia y muy casi no tenía amigas, las que se quedaron en aquel salón para el saludo final en el solitario fueron la criada personal de la reina Homily O'Clock, sus damas de compañía Hella Helheim y Pompoki Daimyojin, las tres lloraban sin poder contener, ya conocían a _____ desde que era una pequeña, las cuatro eran amigas desde niñas y pero ahora el cuarteto se rompió.
Oh mejor dicho quinteto, ya que Epel Felmier, su gran amigo de la infancia y guardaespaldas también Lloraba a mares, pero cabizbajo y en silencio, sintiéndose tan culpable de lo ocurrido, a su lado estaba el guardián y cazador real Rook Hunt, quien permanecía en estoico silencio, también extrañará mucho a la reina, ya que esta, pese a saber que él no es humano si no un demonio familiar al servicio de la familia real, siempre lo trató con respeto y amabilidad.
Sin embargo, los más afectados por la pérdida repentina de la monarca eran el rey padre y suegro de la difunta reina, Erik Venue, así como el esposo de ésta, o mejor dicho viudo, el actual rey Vil Schoenheit. El mayor estaba sumamente triste por esta pérdida, ya que tenía en alta estima a su nuera, la quería como a una hija y hacía tan feliz a su hijo, tanto que se podría decir que su historia de amor en un inicio se podía comparar a un cuento de hadas.
Pero el rey Vil, el pobre rey Vil parecía muerto en vida, su rostro era un desastre y había llorado tanto las últimos días que creía que ya no qué le quedarán lágrimas por derramar, pero su corazón aún gritaba de dolor y de tristeza, no era capaz de levantar la vista del suelo y mirar ese ataúd de cristal que contenía tu cuerpo y sentir deseos de seguirte al otro mundo.
Ahí estaba en ese lugar la reina en su vestido de novia, parecía una princesa dormida en este... si no fuera por las horribles marcas que se podían ver en su mano, esa quemadura un cruel recuerdo de cómo la reina murió, en ese incendio en su habitación que muchos dicen que se auto infligió por lo repentino que fue, consumió parte de su cuerpo, a tal punto que se tuvo que poner un velo opaco en el rostro para que nadie gritara del horror en el estado que estaba.
-Por favor, aquellos que más estimaron a la reina en vida, acérquense a dar su última despedida- Dijo con tono solemne el sacerdote que dirigía la ceremonia.
Con sus palabras uno a uno en fila se acercaron los seres queridos de la reina a dar ese último adiós, quedando el joven rey para el final.
Pero antes de que Vil se dirigiera para ese último adiós, sintió como alguien le jalo de la maga de esa gabardina negra que llevaba, haciendo que girara la mirada a aquella persona... su médico estaba a su lado.
