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Después de pasar por un difícil divorcio que te dejo en la banca rota y comenzando desde 0, trabajando de camionera para una empresa bastante cuestionable, tu vida se volvió muy difícil.
Pero no todo es tan malo, t...
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El joven y rey ahora estaba de pie frente a la enfermería, su cuerpo temblaba por los nervios y miedo de volver a perderte, su estómago dolía y se revolvía de tanta agonía que sentía, escuchar que dentro de la enfermería corrían de un lado a otro y Eduard no parar de dar órdenes casi a gritos de manera apresurada no ayudaba en lo más mínimo a calmar su torturada mente.
¿Acaso estás muriendo? ¿Su hijo y tú están muriendo? ¿Qué era esa cosa que escupiste? ¿Por que no se dio cuenta de que aun estabas con vida? Eran muchas de las preguntas que Vil se hacia sí mismo y se castigaba, recriminándose por ser tan mal esposo y padre que por poco enterró vivos a su familia y planeaba dejarlos solos, también se recriminaba el que toda esta situación era su culpa por siempre buscar la perfección en todo lo que hacia, incluyendo su esposa, cuando ella ya era perfecta tal cual era y él fue tan estúpido que no se dio cuenta de ello.
-¡Vil, hijo!- Llamó el rey padre Erik sacando a su hijo de sus pensamientos -¡¿Hijo, como esta _____?! ¡¿Qué dijo Eduard de su condición?!- Preguntó el rey mayor con preocupación por su hijo y nuera.
-No.. No lo sé, Eduard.. Dijo que estaba demasiado alterado y me sacó a empujones- Tartamudeó Vil -Pa.. Padre, que haré si aun habiendo rescatado ella muere de todos modos... Yo no... Yo no seré capaz de perderla de nuevo... Si ella muere yo... Yo la seguiré...- Murmuró en voz baja, sintiendo todo su cuerpo temblar del miedo, pero antes de que su tren de pensamientos auto destructivos siguiera, Erik ya lo había sujetado con fuerza de ambos hombros.
-¡¡VIL!! ¡No digas esas cosas! Rescatamos a _____ tiempo, así que no tienes que pensar de esa forma- Exclamó el rubio mayor dándole un leve sacudón a su hijo -Tu esposa te necesita, necesita que seas fuerte y recuperes la compostura por ella, por que necesitarás que la protejas del peligro-
-... ¿Peligro? ¿De qué estás hablando padre?- Pregunto Vil sorprendido, pero antes de que su padre le pudiera decir algo ambos rubios fueron llamados.
-¡Su majestad rey Vil! / ¡Mi señor Rey Padre!- Llamaron al mismo tiempo Eduard saliendo de la enfermería y un caballero de la guardia que venía rápidamente por el pasillo, el caballero iba a ser el primero en hablar pero Erik hizo un gesto con su mano para detener al caballero.
-Mi nuera es prioridad en este momento- Dijo con firmeza el rubio mayor al caballero.
-¡¿Cómo está _____?!- Se apresuró a hablar Vil acercándose al médico real -¡¿So.. Sobrevivirá?!- Pregunto más desesperado.
-Gracias a la gracia de los dioses si... Pero tuve que inducirla en un coma mágico, por seguridad de ella y del infante- Dijo Eduard muy serio, mientras que Vil suspiraba de Alivio, pero Erik casi se quedó de piedra al escuchar eso y un horrible escalofrío recorrió la espalda al darse cuenta de que no solo nuera, sí que su nieto estuvieron a punto de morir.
-¿Puedo pasar a verla?- Pregunto Vil con más calma, pero la tristeza no se desvanecía de su rostro.
-Si lo Desea pero... Tenga en cuenta que la quemadura... Aún está algo fresca, quizás se lleve una fuerte impresión- Comentó Eduard en un intento sutil por sugerir que tu aspecto no era el más bello en este momento.
