3. ¿Jᴇᴠᴏ ᴅᴇ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ?

345 61 199
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Tú... ¡Aprieta bien esos dientes!

A Jisung le mandaron un coñazo en la quijada que quedó fue viendo estrellitas.

A ver, te pongo en contexto, Maribel. Resulta y resalta, que después de manosear a Minho como fruta de supermercado, y que evidentemente este no diera indicios de que le iba a seguir la corriente a Jisung con algo tan estúpido, este dijo algo como: "ay, mi novio y yo tenemos un temita que discutir, ¿nos dan un chancecito?" y se llevó a Minho arrastrado como él mismo asegura que vino al mundo: en contra de su voluntad.

Se terminaron por encerrar en el baño del centro comercial, y aprovechando que estaba vacío, Minho vio la oportunidad perfecta pa' descargar hasta las arrecheras que tenía contenidas en 2013 y que Capriles le dijo al pueblo que las salieran a descargar, ¿saben? Bueno, esas.

—¡¿Cómo te atreves a estafarme?! —con esa rabia emanando hasta por los poros y la cara de asesino en serie que Minho solía tener a veces, Jisung como que mejor se arrepentía de sus pecados y se cavaba un hoyo—. ¡Y más te vale que el cuento chino que vas a inventar sea al menos creíble!

Jisung se quedó con la vista perdida en algún punto muerto antes de responder, ni siquiera es que tenía respuesta para ser honesto. Había quedao' pero ponchao', ponchao'. En un callejón sin salida y coñaceado por una persona que a ciencia cierta, le parecía que estaba bien arroz con pollo, o sea, sabroso pues.

Si rascao' y vuelto mierda, le había dado queso. Ahorita, sobrio y luciendo como una persona relativamente decente y de paso, con esa carita de perro bravo, entonces Jisung tenía la unión de queserías del llano venezolano.

—No sé qué cuento quieres que te invente, honestamente. Pero discúlpame —murmuró entre dientes, casi de forma inaudible. Minho que andaba pendiente de zamparle sus cuatro coñazos no se quedó con esa y le mandó uno más pa' que lleve hasta en tacita tupper—. ¡Auch!, ¿ese por qué fue? ¿No te desquitaste ya?

—Ese fue por tocarme el culo sin mi permiso.

—Ay, perdón por eso también. Aunque —Jisung se levantó a como pudo del suelo. Ahí dónde lo ves, Minho asentaba unos coñazos que lo dejaban a uno como mareado y descolocado—... Eso quiere decir, que si tengo tu permiso entonces si puedo tocar ¿verda'? —preguntó socarrón, meneando las cejas.

¡MIRA, COÑO E' TU MADRE! ;; 𝐦𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora