Capítulo 6.- ¿Quieres salir conmigo?.

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Después de unas cuantas negativas a sus invitaciones para salir, por fin le hice la pregunta necesaria para salir de dudas.

-Oye una pregunta, Sofía me dijo que eres casado y que te quitas el anillo, ¿Eso es cierto?.- Pregunte sin rodeos.

-Jajaja... se rio por un momento para luego contestar.- Bueno no soy casado y nunca lo he sido.

-Bueno entonces ¿Cómo es posible que siempre llegues tan bien presentado como si tu esposa te planchara y lavara?.- Seguí con las preguntas.

-Lo que pasa es que vivo con mi mamá y ella es la que me hace todo, mis hermanos ya se casarón y se fueron, pero yo no quise ser como ellos y me quedé con ella.

La verdad me pareció muy lindo y tierno de su parte, eso fue lo que primero me cautivo de su personalidad, esa dedicación que tenía a su mamá, la misma que yo le tendría a la mía si ya fuera una persona mayor y no hubiera nadie que se hiciera cargo de ella.

-¿Enserio eso te dijo Sofía?.- Preguntó aún con su sonrisa en los labios.

-Si... ella me dijo eso, por eso no aceptaba tus invitaciones a salir, yo no salgo con hombres casados.-

-Bueno ella te mintió totalmente, ya que ni novia tengo, ¿Así que ya puedes salir conmigo?.-

-Lo pensaré, no te aseguro nada, después platicamos de eso, mientras ya ponte a trabajar, que yo tengo que ir a la gerencia por que quieren hablar conmigo.-

-Esta bien, no te preocupes, no será para nada malo, de seguro hasta te felicitan por todo tu trabajo.- Dijo antes de que me marchara de su oficina.

Llegué a la recepción de la gerencia y me anuncie con la secretaria para después sentarme en la sala de espera y poder pasar a hablar de lo que me querían decir.

-Buenas tardes Licenciada Mondragón, tome asiento por favor.-

-El motivo de la llamada fue por que queremos que tome el puesto de enlace de transparencia de la Ciudad de México, esto implicarían más responsabilidades, pero por su puesto mayor salario.-

Mientras ella decía eso yo me ponía aún más nerviosa con el paso de sus palabras, ahora tendría más cosas que hacer y poder demostrar mejor mis capacidades. Pero eso me daba un poco de miedo, pero sabía que podía hacerlo.

No me quedó más que decir que si, para luego salir de esa oficina con un ascenso y un mejor sueldo. De inmediatamente saliendo de ahí le marque a mi mamá para decirle y lo feliz que me hacía el nuevo ascenso y el sueldo, pero que me daba miedo no dar el ancho y que me dijeran adiós, pero como siempre mi madre me animaba a dar lo mejor de mí y eso es lo que haría.

En la siguiente semana empecé con mi nuevo puesto y mis nuevas responsabilidades, mientras mi nuevo pretendiente seguía insistiendo que saliéramos, empezando solo con aventones al cajero o a la parada del autobús, pero siempre insistiendo para llevarme a mi casa o simplemente salir a cenar a algún lado, yo con algunas dudas al respecto y diciéndole siempre que no tenía tiempo y así sacándomelo de encima y seguir un día más.

Un día después de tanto insistir, por fin acepté salir con él, pero como no me sentía segura de ir sola con él, invite a otros dos compañeros para que salieran con nosotros, por supuesto cuando se enteró no le gustó mucho la idea, pero no le quedó de otra que aceptar y salir los cuatro.

Fuimos a un bar a tomar y platicar, convivir los cuatro.

-Pensé que solo seriamos nosotros dos.- Dijo mientras me servía una bebida.

-Bueno es mejor salir con los demás compañeros también, además así tenemos más de que platicar.- Dije sonriendo.

-Excelente, solo espero que la próxima vez si salgamos solos los dos.- Dijo cerca de mi odio para que nadie más escuchara.

Mientras tanto en la oficina pasaban muchas cosas y tuvieron que llamarnos para que regresáramos y atender las emergencia, así que eso hicimos. 

-Buenas tardes Lic, lamento llamarla de regreso, pero surgió algo con los papeleos de transparencia y necesitamos su firma para poder enviarlos de nuevo.

En ese momento todos nos miraban raro, más por que entramos juntos a la oficina y el parecía más mi guardaespaldas que un compañero de trabajo. Yo solo revisé los papeles para luego firmarlos, mientras en la otra esquina de la amplia oficina se secreteaban.

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-¿Enserio por fin te aceptó una salida?.- Me pregunto Sebastián.

-No por completo, por que le dijo también a Oscar y Emmanuel.- Dije un poco disgustado.

-Jaja... si que te la aplicó Álastor, creo que ella no quiere nada contigo.- Dijo burlándose de mí.

-Bueno por lo menos aceptó salir contigo, saliendo de aquí hay que ir a tomarnos unas cervezas así se te pasa el mal sabor de boca.- Dijo más serio.

-Si pero le voy a decir si quiere ir con nosotros, así después la puedo llevar a su casa.- Dije pensativo.

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Después de terminar de revisar y firmar todo, se me acercaron de nuevo mis compañeros.

-Licenciada vamos a ir por unas cervezas, ¿Gusta ir?.- Dijo Álastor muy formal.

-Si, ¿Quiénes van a ir?.- pregunte de vuelta.

-Solo irán Sebastián, Felipe y Emmanuel,,,,, por supuesto yo y si usted quiere ir.- Dijo

-De acuerdo, ¿Entonces en dónde nos vamos?.- Pregunté ya estando en el estacionamiento.

-Nos iremos en mi carro, súbete adelante.- Dijo abriéndome la puerta del copiloto.

Subí al auto y nos fuimos al Oxxo más cercano de la oficina, para después irnos a un estacionamiento que estaba al lado de dicha tienda. Platicamos mientras nos tomábamos las cervezas, una tras otra hasta que casi se acabaron, por un instante nos quedamos viendo a los ojos de un un momento a otro, me tomó por el cuello y me acerco a él, me beso tan desesperado que no pude apartarlo de mi y continuamos besándonos, hasta que en el fondo del carro unas risas hicieron que se rompiera el encanto. Nos separamos y solo nos reímos, para después de eso los compañeros de atrás del vehículo se despidieran y nos quedáramos solos.

-¿Te puedo llevar a tu casa ahora si?.- Preguntó con una risa coqueta en ese bello rostro.

-Si claro, ya es muy tarde para irme sola a casa.- Dije siendo sincera.

-Excelente.- Dijo encendiendo el carro.

Llegamos a la entrada principal de la privada donde vivía y entre platica y besos pasamos un buen rato, hasta creo que tuvimos un momento de toqueteo o fáje como vulgarmente se diría. Para cuando nos dimos cuenta ya eran las 3:00 de la mañana y ya era hora de entrar a mi casa a dormir, por que en poco tiempo se tenía que entrar a trabajar. Nos despedimos y entre a mi casa para ya dormir, ya pronto continuaría la historia.        

El ladrón de luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora