-Casualidad-

8 2 0
                                    

Su respiración estaba alterada, sus manos sudaban y sentía que su cuerpo no podía sostenerse. Llevaba diez minutos intentando controlar su miedo; sus feromonas se habían vuelto a diseminar sin su permiso, solo que ahora eran más notorias. Se dejo caer, sentándose en los azulejos del baño, sin poder calmarse.

Unos toques en la puerta lo hicieron sobresaltarse, miro en esa dirección y agradeció haber cerrado con seguro al entrar.

- Bastián

Moduló su voz para que sonara normal.

- Salgo en un momento

Respiró profundamente tres veces antes de levantarse. Se paró frente al espejo y se observó hasta que todo el miedo se disipó. Sacó de uno de los cajones uno de sus perfumes y se lo aplico para esconder su aroma.

Salió de la habitación en busca de alexander. Fue hacia el closet en donde lo encontró poniéndose un traje.

- ¿saldrás? - Bastián pregunto para llamar su atención

- si - comenzó a atar su corbata - ha surgido un problema que no puedo solucionar desde casa

Bastián se acercó hasta él y puso sus manos sobre las del alfa para que lo dejara terminar de atar su corbata. Alexander bajo las manos para permitir que el menor continuará.

- listo - le sonrió

- Gracias - dejo un beso en la frente de Bastián

- Aún no has desayunado. Te haré algo rápido

Salió del closet en dirección a la cocina. Una vez ahí se puso a cocinar. Mientras preparaba un omelet, una inmensa paz lo cobijo.

La presencia de su esposo se hizo evidente cuando puso las cosas sobre la mesa para que desayunara. Se sentó a un lado de el con un vaso de leche.

- ¿Emilia vendrá? - pregunto

- no, parece que está enferma - hizo una mueca con los labios

- ¿ya fue al doctor? - fingió preocupación. Alexander asintió - Deberíamos llamar a alguien para que la cuide

- me encargaré de que una enfermera vaya a verla - puso su mano sobre la de Bastián - No te preocupes

- me gusta cuando eres amable - le sonrió

- Tú me haces amable - le da un leve apretón en señal de afecto - tengo algo para ti

- ¿sí? - su voz denotaba emoción

- esta en el comedor - le sonrió y lo soltó

Bastián se levantó y salió de la cocina. Vio la mesa de cristal, en donde esta una pequeña caja rectangular. La tomo y volvió a la cocina abrazando la caja.

- ¿cuándo llegó? - se sienta en el mismo lugar para poder abrir la caja

- Ayer por la tarde ¿te gusta?

- si - sostiene el celular en sus manos - Gracias - le dio un beso en la mejilla a su esposo

- De nada

El menor encendió el teléfono para simular qué lo veía a detalle, pensando en cómo debía hablar para que alexander no sospechara lo que planeaba.

- Alex...

- ¿sí? - tomó un sorbo de café antes de dejar la taza en la mesa

- ¿puedo pedirte algo? - levantó la cabeza para ver los ojos del alfa, quien asintió para que continuara hablando - quería pedirte permiso para enviar a luca a comprarme un libro

Entre ruinas y sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora