- Hireath -

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Habían pasado un par de días desde que Bastián estaba en casa de Matthew. Después de su pequeña discusión frente a la tienda de ropa, solo hubo intentos del omega por que el mayor no gastará tanto dinero en él, pero Matthew no cedió en ningún momento. Le compró varios cambios de ropa, tenis y un par de libros que, aunque no admitió, agradeció que se los comprara. También habían comprado una gran cantidad de comida que Bastián se ofreció a cocinar, y no acepto un "no" por parte del otro.

Los días siguientes estuvieron en la casa hablando de ellos, reseñando los libros que habían leído en conjunto, jugando juegos de mesa, cocinando, paseando por el bosque, viendo películas y, claro, teniendo sus momentos para estar solos.

Los únicos momentos en los que salieron de casa fue cuando Bastián asistió a su cita con la psicóloga. Habían tenido dos citas hasta el momento; aún no hablaba mucho sobre lo sucedido en su matrimonio, pero la mujer lo escuchaba paciente y le decía que no tenía por qué apresurarse, que él hablaría cuando se sintiera más en confianza.

El menor se estaba adaptando bien a su libertad; cada vez lograba dormir un poco más, aunque solo fueran un par de minutos. Alguna veces pensaba en Alexander y en sus padres, pero intentaba no angustiarse.

En ese momento estaba en la que era su habitación, leyendo una adorable historia de amor entre un bailarín de ballet y un boxeador. Bastián iba un poco más adelantado que Matthew, pero no podía evitar querer saber que sucedería en la historia.

Eran cerca de las nueve de la noche, la nieve caiga con más ímpetu, la manta que lo rodeaba era suave y la música de fondo brincaba de una canción a otra aleatoriamente.

El toque de la puerta lo hizo despegar la vista del libro para ver a Matthew, que iba con un pijama similar al suyo, solo que de diferente color. Su cabello estaba despeinado, llevaba sus gafas de lectura y su celular en la mano.

- Es luca - se acercó y le entregó el celular - habla tranquilo, estaré en mi habitación

- Gracias - lo tomo y lo puso en su oreja - ¿Luca?

- ¡Bastián! - su voz tenía el tono alegre que recordaba - ¿Cómo estás? ¿Matthew es amable? ¿Hace mucho frio? ¿Fuiste al médico?

- Una pregunta a la vez – dejo salir una corta risa. Desde que llego a Fairbanks solo pudo enviarle un mensaje diciéndole que había llegado - Estoy bien, me gusta aquí; es un lugar de ensueño - se acurrucó en la cama - Matthew es muy amable y divertido, me ha hecho sentir como en casa. Es muy fácil hablar con él; creo que nunca había hablado tanto como con él. Es un poco despilfarrador con su dinero y, aunque lo regañe, sigue gastando. Dice que mi comida es la más deliciosa que ha probado y se atrevió a retarme en Scrabble... era obvio que iba a ganarle

- Parece que se llevan muy bien

- Si, eso creo - sintió sus mejillas enrojecerse - ¿y tú? ¿Cómo estás?

- Estoy bien - suspiro - las cosas están un poco tensas por aquí

- ¿Alexander?

- Está intolerable, más porque le llego la demanda de divorcio

Bastián se mordió el labio de los nervios. Hace menos de dos semanas había hablado con Annabel, la abogada de Matthew, sobre el divorcio. Le había explicado que iba a hacer un proceso largo, difícil y cansado por lo que entre más pronto comenzarán, mejor.

- Andrew leyó la demanda - espero unos momentos antes de seguir hablando - me dijo que no pediste nada económico

- No quiero nada de él, y si hubiera pedido algo, el divorcio se extendería más

Entre ruinas y sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora