021. Cuidado con Barty Crouch Jr.

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—Me gustan los águilas —le contó Giovanna con cierta adoración a Theo—. Al llegar a cierta edad, cuando sus garras dejan de ser afiladas y su pico se vuelve chueco deben hacer una importante decisión.

—¿Que decisión? —quiso saber Theo. Movia sus pies distraídamente mientras escribía en un pergamino.

—Están entre morir de hambre básicamente, o pasar por un cambio muy doloroso que consiste en romperse el pico hasta que este se despegue y caiga, y así nace otro pico nuevo y duro, y con él se rompen las garras para tener otras mejores y filosas.

—A mí me gusta el fénix. Renace de las cenizas.

—El águila no renace, el águila se obliga a sí mismo a mejorar pese al dolor y eso es lo que admiro de los águilas —Theo finalmente la miró. Sus ojos la enfocaron y el fuego de la chimenea hacía que brillaran aún más al verla. Le dedico una sonrisa amigable.

—Tal ver pueda convencer a Snape de que te deje tener un águila en vez de una lechuza —murmuró, estirando su mano gentilmente para conectarla con la de la ojiverde.

—Revivió el romanticismo —escucharon hablar a Daphne desde atrás. Giovanna solo se limitó a negar mientras Theo ocultó su sonrisa, ambos sin notar la expresión de desagrado en Daphne—. Harry Potter te espera afuera, Gio.

—¿Harry?

—¿Conoces otro Harry? —preguntó su amiga, alzando una de sus cejas mientras tomaba asiento en el sofá de cuero verde y le hacía una señal a Giovanna de que saliese.

La rubia obedeció, dejando sus cosas sobre las piernas de Daphne para caminar hacia el muro de piedra, murmurar la contraseña y salir.

Harry estaba recargado en una de las paredes con una preocupación notoria en su expresión. Movia los pies ansiosamente y hacia movimientos con su varita entre sus dedos.

—Hola, Harry —saludó la italiana gentilmente, utilizando su varita para fijar su cabello al recogerlo—. ¿Que puedo hacer por ti?

Harry levantó la vista al escuchar la voz de Giovanna. A pesar de la preocupación evidente en su rostro, le devolvió un saludo breve, aunque distraído.

—Hola, Giovanna —respondió, su voz algo apagada

Harry tomó un respiro profundo antes de hablar, como si estuviera reuniendo fuerzas para lo que estaba a punto de decir.

—Vi cosas en el Pensadero de Dumbledore —comenzó, su voz baja, casi como si temiera que alguien más pudiera escucharlos—. Recuerdos de juicios... personas acusadas de ser mortífagos.

Giovanna entrecerró los ojos, prestando toda su atención a cada palabra de Harry.

—Ludo Bagman fue uno de ellos —continuó Harry—. Aunque lo absolvieron, había muchas dudas. Luego... estaba Karkarov. Él también era un mortífago, pero logró escapar de Azkaban entregando nombres de otros. Uno de los nombres que mencionó fue Snape.

—¿Snape? —repitió Giovanna, sorprendida.

—Sí, pero Dumbledore lo defendió. Dijo que Snape se había vuelto espía antes de la caída de Voldemort. Por eso no terminó en Azkaban —explicó Harry, su mirada fija en el suelo mientras hablaba—. Pero lo que más me impactó fue el juicio de Barty Crouch Jr. Lo acusaron de torturar a los Longbottom junto con Bellatrix Lestrange y otros mortífagos.

Giovanna sintió un escalofrío recorrerle la espalda al escuchar el nombre de Crouch Junior. Todo comenzaba a cobrar más sentido. Las advertencias de Crouch sobre Voldemort, la mención de su hijo... y ahora, este juicio. Su mente comenzó a atar cabos rápidamente.

END GAME  (H. Granger)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora