«I just wanna be your end game».
La misteriosa llegada de Giovanna Malfoy a Hogwarts deja intrigados a todos los alumnos.
Cuando Hermione Granger comienza a sentir que su título de "mejor de la generación" corre peligro, comienzan los enfrentamiento...
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CUANDO Harry llegó a Grimmauld Place, un poco antes de que las vacaciones finalicen, parecía muy molesto con todos.
—Sirius no puede hablar ahora —le dijo Theo, dándole un apretón de manos al de lentes para a continuación guiarlo al segundo piso—. Están en la reunión, supongo que Moody te ha hablado sobre la Orden.
—Sí —admitió Harry, siguiendo con curiosidad los pasos del chico—. «La orden de fénix».
—Sé que te parece raro que esté aquí, pero puedo prometerte que somos totalmente de fiar —abrió una de las puertas, dentro se encontraba un grupo de personas haciendo que Harry soltase un bufido.
—Y no toques nada, guapo —dijo suavemente la rubia, apartando con delicadeza la mano de Harry de una de las copas de adorno sobre una mesa.
El de lentes la miró, de arriba a abajo parpadeando en repetidas ocasiones sin dar crédito a lo que sus ojos veían.
Alessia rió.
—Giovanna está adentro —le informó; pasándole su mano para poder presentarse—. Soy su hermana mayor, Alessia Ferrario.
—Oh —dijo Harry, soltando una risita—. Un gusto, Harry Potter.
—El muchachito que trae loco a Draco —completó Alessia con una sonrisa ladina. El rostro de Harry se tiñó casi como un rojo vivo—. Me han contado maravillas de tí.
—Deja de asustar a mis amigos —gruñó la familiar voz de Giovanna desde la habitación. Theo se fijó en la mano que entrelazó su novia con la de Harry para jalarlo hacia dentro y compartió una mirada con Alessia solo para comprobar que había visto bien.
La rubia, muy ajena a querer contribuir solo rió.
—¿Acaba de tomar la mano de Potter?
—Si Potter está medio ciego, apuesto a que tú ya no tienes ojos.
Y lo dejó con la palabra en la boca antes de adentrarse a la habitación.
—¡No te hemos oído llegar! —le decía Hermione a Harry—. ¿Cómo estás? ¿Estás bien? ¿Estás enfadado con nosotros? Seguro que sí, ya sé que en nuestras cartas no te contábamos nada, pero es que no podíamos, Dumbledore nos hizo jurar que no te diríamos nada, oh, tengo tantas cosas que contarte, y tú también... ¡Los dementores! Cuando nos enteramos, y lo de la vista del Ministerio... es indignante. He estado buscando información y no pueden expulsarte, no pueden hacerlo, lo estipula el Decreto para la moderada limitación de la brujería en menores de edad en situaciones de amenaza para la vida...
—Déjalo respirar, Hermione —dijo Ron, sonriendo, al mismo tiempo que cerraba la puerta detrás de Harry.
—O que lo ahogue de una vez —murmuró Theo. Pansy lo miró con diversión.
