Mi Archienemiga Se Convirtió En Gato [GL]

09

"¡Yinyin!" Ye Xin estaba conmocionada. "¿Cómo has salido?"

Cogió al pequeño gato en brazos, sintiéndose totalmente incrédula.

Li Qiuyu también estaba sorprendida por la escena. "Señorita Ye, ¿se olvidó de cerrar la puerta antes de bajar?".

"Sí la cerré, pero parece que mi gato sabe abrir puertas por sí solo". Ye Xin parecía impotente. "Ayer volví a casa del trabajo y también lo encontré fuera de la puerta".

Estaba segura de que había cerrado bien la puerta al salir de casa hacía unos minutos, pero, de algún modo, el pequeño gato había conseguido seguirla fuera.

Li Qiuyu se quedó atónita ante las palabras de Ye Xin. "¡Es tan inteligente!"

Ye Xin, sin embargo, se sintió un poco preocupado. "La puerta de casa no puede mantenerlo dentro, y le encanta seguirme a todas partes. ¿Qué hago?"

Esta vez, el gato tuvo la suerte de seguirla hasta la tienda de animales. Pero si iba en coche al trabajo y el gato no la encontraba y no podía volver a casa, ¿no se quedaría vagando por el vecindario?

Un vago pensamiento cruzó la mente de Ye Xin. ¿Podría ser que el gato se hubiera quedado fuera todo el día de ayer y por eso no se hubiera movido nada en casa?

Cuanto más pensaba en ello, más probable le parecía, lo que inquietaba cada vez más a Ye Xin.

El mundo exterior era demasiado peligroso. Incluso podría encontrarse con alguien con malas intenciones, como ella, que se lo llevara a casa.

El pequeño gato parecía entender las preocupaciones de Ye Xin. Levantó la cabeza y se frotó suavemente contra el cuello de Ye Xin, luego extendió su suave lengua rosada para lamerle la barbilla y el lóbulo de la oreja, como si intentara tranquilizarla y decirle que no se preocupara.

Los ojos de Li Qiuyu se llenaron de envidia. "¡Tu gato te quiere de verdad!".

La gatita se asustaba y se hinchaba cuando veía a extraños, pero se aferraba a Ye Xin e incluso salía corriendo de casa para seguirla a la tienda de animales.

No pudo evitar sentirse celosa.

Pero al ver el rostro indefenso pero amable de Ye Xin mientras interactuaba con el pequeño gato, Li Qiuyu se quedó callada, sin saber a quién envidiar más.

"Olvídalo, pensaré en una solución más tarde". El corazón de Ye Xin se ablandó cuando el pequeño gato se frotó contra ella. Le acarició la cabeza y se volvió para despedirse de Li Qiuyu. "Me lo llevaré a casa primero. Muchas gracias, directora Xiaoyu".

"No hace falta que me des las gracias, no ha sido nada". Li Qiuyu agitó la mano repetidamente, mirando a Ye Xin marcharse.

Cuando Ye Xin llegó a casa, vio que eran más de las diez. Como hoy tenía algo de tiempo libre, decidió llevar al pequeño gato al veterinario para que le hicieran un chequeo.

Pero después de la última experiencia en el transportín, el gatito se negó en redondo a volver a entrar. Ye Xin lo persiguió por toda la casa y estuvo a punto de atraparlo varias veces, pero en el último momento se escabulló.

El pequeño gato era muy listo y no caía en ninguno de los trucos de Ye Xin.

El gato era ágil y enérgico, saltando de un lado a otro sin cansarse, mientras que Ye Xin, por el contrario, se sentía como si acabara de correr una carrera de 800 metros, jadeando pesadamente e incapaz de tocar siquiera un pelo de gato.

Hace un momento, la directora Xiaoyu había dicho que el gato le gustaba y que era muy pegajoso. ¿Quién iba a pensar que le daría la espalda en cuanto llegaran a casa?