Silencio†
Siento un golpe en el estómago que me deja sin aliento. Veo aquella imagen que me desgarra por dentro. Hace ya un tiempo empecé a notarlos raros y, no niego, alguna vez lo pensé, pero me engañé a mí misma con mis falsas mentiras y consuelos.
Y duele tener que ver aquella imagen con lágrimas en los ojos, la vista borrosa y el corazón roto. Ese dolor en el pecho cuando te enteras de algo que no querías saber, pero que muy adentro de ti ya lo sabías y te engañabas a ti misma.
La traición y el dolor me invaden completamente y siento como si me estuviera ahogando en un mar de emociones. Lo que más me duele de esto es que la traición llegó de quien menos me lo esperaba, de las personas en quienes más confiaba y amaba las dos únicas a las que consideraba mi familia.
Quiero irme de este lugar, huir y no verles la cara, pero no puedo. No puedo caminar, no puedo hablar, parezco una estatua, mi cuerpo no reacciona.
Bella es la primera en notarme y se queda quieta, viéndome con una mirada de sorpresa. Cristian, que estaba absorto en el momento, sigue su mirada y me ve de pie en la puerta, observándolos con una mezcla de dolor y rabia.
Por un momento, los tres nos quedamos en silencio, sin saber qué decir. La tensión en la habitación es palpable y puedo sentir el peso de la traición en el aire. Cristian se aleja de Bella y se dirige a mí. Quiero correr e irme, pero mi cuerpo no reacciona. Por estúpido que parezca, muy dentro de mí quiero escuchar un "no es lo que piensas, podemos explicarlo". Pero no lo escucho y eso ya es todo.
Cuando tomo un poco de control, intento salir de allí, pero Cristian me toma de la muñeca bruscamente y me acorrala contra la pared, cerrando la puerta detrás de mí. Ya no tengo a dónde más ir, ahora debo enfrentar esto.
-Cristian... me estás... la- lastimando -me quejo, no puedo respirar bien y por llorar casi no tengo fuerzas para hablar bien.
-No vas a hacer un maldito escándalo allá abajo -se escucha enojado y me da miedo.
-¿Qué? ¡Suéltame! -mi voz se escucha sin energía-. Por favor... déjame ir -las lágrimas que caen por mis ojos no paran y no puedo mirarlo a los ojos.
-Mi querida Blair, por alguna razón siempre me causas lástima -dice Cristian con un tono arrogante. Me toma del mentón y me hace mirarlo-. Blair, siempre has sido muy fácil de engañar.
-¿Por qué... me hacen... e- esto?
-No te preocupes por eso, Blair. Tú solo eres un detalle en nuestra relación y un accesorio que podemos usar y descartar cuando queramos -me aprieta mucho más la mandíbula y la mano, y me está lastimando, pero no tanto como sus palabras.
-¿A qué te refieres? ¿Qué es lo que realmente quieres? -estoy hablando con mucha dificultad.
-Tú eres tan ingenua, Blair. Siempre creí que eras fácil de manipular, pero no imaginé que sería tan fácil. Siempre fuiste necesitada de amor y yo te lo di cuando más lo necesitabas, porque sabía que estabas rota por dentro por todo lo que has pasado. Y al final, es tu culpa por brindarme aquello que buscaba en ti, por darme lo que quería, tan fácilmente.
Eso duele, porque es verdad. Simplemente les di todo de mí, ignorando todo lo que me hacían y decían. Cuando ninguno notaba mi dolor ni mi tristeza, pero notaban todos mis errores. Siempre creí que ellos eran los únicos que estarían conmigo a pesar de todo, solo por brindarme un poco de la atención que nunca tuve.
Cuando me suelta, termino tirada en el suelo llorando desconsoladamente. Cristian solo me mira tirada en el suelo sin decir nada, y Bella está parada al lado de una ventana grande con una sonrisa en su rostro.
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Mi hermosa posesión
RomanceEn un mundo donde la pasión y el poder se entrelazan como una danza mortal, una historia de seducción y pecados, donde los límites entre el amor y el odio se borran. Un hombre enigmático y seductor, con un corazón de piedra que esconde secretos y te...