episodio 8

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Tensión

Veo pasar las calles de Nueva York, envueltas en una atmósfera sombría que anticipa la lluvia. Me dirijo hacia el hospital donde Emily se encuentra. Esta mañana, me levanté y de inmediato me arregle. Le pedí a Robert que me llevara y ahora estamos en camino.

Miro por la ventana, observando el cielo completamente oscuro, como si la noche no hubiera terminado aún. Las nubes grises y pesadas parecen cargar con la lluvia que pronto caerá. Las calles, normalmente bulliciosas, están casi vacías, como si la ciudad misma estuviera esperando la tormenta.

Me toco el vestido que Edgar me regaló, elegante y sofisticado, pero no exactamente adecuado para una visita al hospital. La seda suave y el corte perfecto parecen fuera de lugar en este momento, pero no tenía otra opción. Me siento un poco incómoda, pero no es algo tan importante después de todo.

Robert conduce con tranquilidad, su mirada fija en la carretera. Su presencia es reconfortante, y me permite sumergirme en mis pensamientos.
Ya he tomado una decisión y Emily será la primera a quien le contaré todo. Mi corazón late con una mezcla de emoción y alivio mientras considero compartir mi decisión con ella. La confianza y el amor que siento por mi amiga me dan la seguridad de que podrá escucharme sin juzgarme.

Cuando llegamos la camioneta de inmediato llama la atención de las personas que estan cerca. Y cuando salgo todos se me quedan mirando, supongo que llamo la atencion debido al vestido y a que sali de una camioneta que llama bastante la atención.

esto me recuerda a antes cuando salia al público. Pero ahora es diferente, no me siento ansiosa. Me siento nerviosa pero es algo que puedo controlar.

Robert, con su estatura imponente y su físico musculoso, camina detrás de mí, lo que aumenta la tensión y la curiosidad en los rostros de los observadores. Su presencia es bastante notoria y con su aspecto de guardaespaldas. paresco una celebridad.

Robert camina detrás de mí, su presencia reconfortante, mientras me dirijo hacia la entrada del hospital. Mantengo la mirada fija en frente, sin prestar atención a las miradas curiosas de los demás. solo quiero ver a Emily.

Mis pasos son rápidos, llevándome hacia la puerta automática que se abre con un suave zumbido. La luz fría y los olores a desinfectante me envuelven al entrar. Robert sigue detrás de mí, en silencio y seriedad como una roca

No me detengo en la recepción, ya que sé dónde está Emily. He hablado con el personal del hospital y tengo todas las indicaciones necesarias. Me dirijo directamente hacia el ascensor, pulsando el botón del piso donde se encuentra la habitación de Emily.

El ascensor se detiene y las puertas se abren, revelando un pasillo silencioso y bien iluminado. Me dirijo hacia la habitación 304, mi corazón latiendo con anticipación. Robert sigue detrás de mí sin decir ninguna palabra.

Tocó la puerta en la que se encuentra Emily y cuando escucho la indicacion de pasar entro de inmediato. Robert se queda afuera parado al pie de la puerta, si figura imponente vigilando el espacio como un guardia.

Al entrar en la habitación, mi mirada se dirige hacia Emily, y un suspiro de alivio escapa de mi pecho. Está sentada en la cama, con una sonrisa en su rostro y un tazón de postre en sus manos. La comida hospitalaria no es famosa por su sabor, pero Emily parece disfrutarla, y eso es todo lo que importa. Estoy segura de que prefiere la comida de el hospital a la comida que le daban en la organización de peleas callejeras.

Tiene su cabello rojo despeinado como siempre, un revoltijo de mechones rebeldes que le caen sobre la frente. Y sus mejillas, redondas y llenas de color, están ahora cubiertas de restos de postre, dándole un aspecto adorable de ardilla traviesa.

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