𝕄𝕀ℝ𝔸𝔻𝔸 | ʟᴇᴀɴᴅʀᴏ ᴘᴀʀᴇᴅᴇꜱ | +18

４

"𝐿𝑜𝓈 𝒹𝑜𝓈 𝒿𝓊𝑔á𝒷𝒶𝓂𝑜𝓈 𝒸𝑜𝓃 𝒻𝓊𝑒𝑔𝑜

𝒮𝑒𝓍𝑜, 𝓊𝓃𝒶 𝓃𝑜𝒸𝒽𝑒 𝓎 𝒽𝒶𝓈𝓉𝒶 𝓁𝓊𝑒𝑔𝑜

𝒫𝑒𝓇𝑜 𝒶𝒽𝑜𝓇𝒶 𝓎𝒶 𝑒𝓈𝓉𝑜𝓎 𝓆𝓊𝑒 𝓂𝑒 𝓂𝓊𝑒𝓇𝑜

𝐵𝒶𝒷𝓎, 𝓅𝑜𝓇 𝓉𝑜𝒸𝒶𝓇𝓉𝑒"

ꜰᴜᴇɢᴏ - ᴄᴀᴢᴢᴜ

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

— ¿Por qué los dos tienen el pelo mojado? —preguntó Lorenzo, con una ceja levantada.

Ludovica rápidamente se mostró molesta, aunque Leandro no supo qué contestar.

— ¿Qué estás insinuando? —dijo ella, cruzándose de brazos.

— Nada —contestó su hermano.

— Ok, me bañé en el cuarto de huéspedes y Leandro en su habitación, para calmar lo que sea que estás pensando...

— Perdón, sí, estoy en pedo y pensé escuchar ruidos en el baño —dijo Lorenzo, acercándose a la cocina para servirse un vaso de agua— ¿Todo bien? ¿Por qué están tan serios?

— Tuvimos una discusión, nada más —mintió Leandro rápidamente.

Ludovica lo miró levantando una ceja, sin entender qué discusión habían tenido, aunque le siguió la corriente para zafar de la situación.

— Le dije que quiero que dejes a tu novia y él me dice que no —dijo ella.

Lorenzo puso los ojos en blanco, bebiendo del vaso de agua.

— Es mejor que no te metas en lo que no debes —le dijo Lorenzo, serio.

— Sos una verga de novio y encima esperas que ella te perdone todas las cagadas que te mandas —Ludovica fue dura con su hermano.

Leandro iba y venía con la mirada de Ludovica a Lorenzo, sintiendo que ahora realmente estaba metido dentro de una discusión.

— Ahora no, Ludovica —dijo Lorenzo, quien solamente decía el nombre entero de su hermana cuando estaba enojado— Estoy en pedo, te pido dos minutos de paz.

Ella lo miró con rabia, enojada, y se acercó hasta Leandro.

— Me voy a dormir —dijo y le dio un beso en la mejilla, despidiéndose— Y vos, pensá lo que quieras, pero a tu novia la tenés que dejar.

Intentó acercarse a su hermano para despedirse también, pero este dio vuelta la cara, ignorándola. Ella hizo un gesto con la cabeza, como diciendo que era un estúpido.

Ludovica los dejo solos, cosa que Leandro no quería. Sabía que lo siguiente que diría Lorenzo sería alguna estupidez.

— Qué va a saber esta de parejas, si nadie le da bola.

— Tal vez es porque vos no dejas que nadie se le acerqué —dijo Leandro, sin darse cuenta de que había dicho algo que no debía.

— ¿Qué decís? —murmuró Lorenzo, molesto— Ningún tipo vale la pena para que esté con mi hermana.

Leandro no supo qué decir, cualquier cosa que dijera sería para pelear. Ya lo habían hecho antes, cuando a él le había tocado hablar de la pareja de su hermana.