Ella es mía. De mi propiedad. Y nadie toca a mi propiedad.
Yo la quería y me la llevé. Olivia es mía y se acostumbrará a serlo, porque no hay nada que pueda hacer al respecto. No me importa tenerla cautiva en mi finca, la necesito a ella, no su opi...
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OLIVIA.
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—No hagas obras buenas y esperes recibir buenas a cambio, porque la vida es una mierda.
C.P.
Floto.
Floto en una superficie suave.
Mis dedos hacen contacto con la suavidad que se encuentra abajo de mi cuerpo y el olor a galletas me llega a la nariz. Aspiro profundo y no puedo evitar en pensar que la abuela está haciendo galletas de chocolate, mis favoritas. Se me hace agua la boca.
Me siento cansada, una pesadez en mi cuerpo me impide mover algo más que mis dedos. Es como si hubiera corrido un maratón y es extraño porque por lo general no suelo hacer deporte. El cuello me pica y por instinto llevo las manos ahí.
No....
No, no y no.
Abro los ojos horrorizada cuando palpo el collar que llevo en el cuello y la respiración me empieza a fallar cuando me percato de la cadenita que lo engancha al gancho que está en la pared.
Tiene que ser una pesadilla....
Ruego en mi mente, mientras lágrimas se empiezan a formar en los bordes de mi ojos y caen al ver el enorme techo blanco que tengo arriba de mí. Los recuerdos de anoche me avasallan como horribles pesadillas que me hacen recordar el dolor físico que siento en estos momentos. Esto no puede ser real.
Los sollozos no tardan en aparecer y rompo en llanto murmurando incoherencias, suplicándole a quien sea que esté allá arriba que me libere de esto. Ruego, grito, lloro y suplico a la nada. Me cubro los ojos porque simplemente no quiero ver el lugar en donde estoy.
No puede ser real.
No sé cuánto tiempo pasa hasta que me tranquilizo y puedo pensar con claridad. Parpadeo varias veces para quitar las lágrimas que me nublan la vista antes mover mi cabeza a los lados para inspeccionar en donde me encuentro. Estoy acostada sobre mi espalda en una cama amplia de sábanas blancas, siento el suave contacto con mi piel, dándome a saber que sigo desnuda. Trato de sentarme, pero un fuerte dolor en mi entrepierna me impide el trabajo.
