Sinopsis: Al ver a tu novio jugar al billar con sus amigos, no puedes evitar querer que te incline sobre la mesa y te folle hasta que veas estrellas.
Género: obscenidad pura con poca o ninguna trama
Advertencias: ¡MENORES DE EDAD NO INTERACTÚEN!, malas palabras, sexo sin protección, besos, dom!sunoo x sub!lector, apodos (princesa, bebé, bonita, buena chica...), tarta de crema, asfixia leve, marcas leves, súplicas, burlas, elogios, ¡avísenme si me perdí algo!
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Todo empezó como un viaje inocente a la sala de juegos del amigo de Sunoo para que los chicos pudieran jugar al billar mientras tú te sentabas a un lado y te veías bonita. Sin embargo, te aburriste y ver a tu novio sobre el borde de la mesa de billar te hizo frotar tus muslos. Imaginabas cómo sería si él te tuviera inclinada sobre el borde, hundiendo su polla más y más profundo con cada embestida.
Esto entonces se convirtió en que te pusieras de pie y te dirigieras hacia tu desprevenido novio, envolviendo tus brazos alrededor de su cintura y apoyando tu cabeza en su espalda, justo entre sus omóplatos.
"¿Qué pasa, princesa?" Sunoo te miró de reojo mientras Jay tomaba su turno. Tú solo tarareabas, diciendo que estabas bien, pero tus manos decían lo contrario mientras recorrían su abdomen antes de detenerse justo encima de la línea de sus pantalones.
Sunoo se apresuró a detener tus movimientos, diciéndote que podrías tenerlo para ti sola tan pronto como ambos llegaran a casa. Tú, sin embargo, tenías otros planes, seguiste provocándolo con toques ligeros o preguntándole si podías intentar darle un vistazo a tus bragas de encaje negro que estaban debajo de tu minifalda.
Así que no fue una gran sorpresa cuando Sunoo aprovechó la oportunidad de inclinarte sobre la mesa tan pronto como sus amigos salieron de la habitación para buscar algo más que hacer. Su mano agarró con fuerza tu nuca mientras su otra mano recorría tu cuerpo hasta llegar al dobladillo de tu falda.
"Esto es lo que querías, ¿eh?" Su voz había bajado una octava mientras sus dedos se deslizaban por la banda de tu ropa interior, sintiendo tu resbaladiza piel sobre sus dedos. Dejaste escapar un suspiro al sentir su tacto, pero pronto fue seguido por un fuerte gemido cuando te dio una fuerte palmada en la nalga, dejando una huella roja de su mano. "Tienes que usar tus palabras, nena; sabes que solo las buenas chicas consiguen lo que quieren."
Tus manos se cerraron en puños debajo de ti mientras movías tus caderas, tratando de obtener algún tipo de fricción para aliviar la creciente necesidad en tu coño. Sunoo puso los ojos en blanco antes de agarrar tu cadera, calmando tus movimientos y presionando su creciente bulto contra tu centro. Tu suave gemido salió de tus labios entreabiertos mientras tus ojos se cerraban revoloteando ante la sensación, más aún cuando se inclinó sobre tu cuerpo, soltando tu cuello para susurrarte al oído.
